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Transporte Público

Transantiago cumple un año entre parches e indignación de los usuarios

domingo 10 de febrero de 2008, 19:37h
El Transantiago, que debía ser el gran proyecto en materia de infraestructuras de la legislatura de la presidenta del país, la socialista Michelle Bachelet, pronto se convirtió en su talón de Aquiles.

"Lo peor de 2007, Transantiago. No me cabe la menor duda. El mayor error es el Transantiago", afirmó recientemente la presidenta.

El ex presidente de Chile Ricardo Lagos Escobar, bajo cuyo mandato fue planificado el nuevo sistema de transporte público, también asumió su responsabilidad.

"Reconozco con dolor que el Transantiago ha ocasionado, en esta primera etapa, perjuicios, molestias y sufrimientos a mucha gente, particularmente a las familias más modestas", dijo Lagos después que la Cámara de Diputados aprobara un informe que lo responsabilizaba del fracaso del sistema.

De la noche a la mañana, los seis millones de santiaguinos vieron sustituidos viejos autobuses que peleaban entre ellos por conseguir viajeros, por el Transantiago, un sistema que combina con una tarjeta magnética el pasaje en modernos autobuses y el metro.

Desde un inicio se vio que el nuevo sistema no funcionaba. Improvisación, falta de información, nuevos recorridos, bajas frecuencias y la ausencia absoluta de microbuses en algunos barrios derivaron en un caos absoluto.

Las protestas no tardaron en aparecer, con manifestaciones, cortes de tráfico, fogatas y barricadas en algunos barrios periféricos de Santiago.

El escándalo del Transantiago precipitó además el relevo de cuatro ministros del Ejecutivo de la Concertación, entre ellos el de Transportes, Sergio Espejo.

En el plano económico, el despliegue del Transantiago y los posteriores parches que requirió tuvieron un efecto directo en las arcas del Estado.

La puesta en marcha tuvo un coste superior a los 2.000 millones de dólares, tras lo que el Parlamento chileno aprobó una nueva inyección de capital de 290 millones de dólares.

En septiembre del año pasado, y con votos de senadores oficialistas, el Senado rechazó el presupuesto de 90 millones de dólares requeridos por el Gobierno para cubrir el déficit del Transantiago para el 2008.

Ese duro revés se sumó a la resolución que adoptó una semana antes la Cámara de Diputados, que destinó la irrisoria suma de dos dólares.

No obstante, el Gobierno decidió pedir un préstamo de 160 millones de dólares al estatal Banco del Estado, suma que le permitirá la financiación del sistema de transportes hasta abril de este año.

La oposición derechista, por su parte, conmemoró el primer aniversario a su manera. La conservadora Renovación Nacional (RN) sopló el sábado las velas de una torta negra, celebrando un "cumpleaños infeliz".

La ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI) por su parte organizó una protesta en un popular barrio de Santiago.

El gobierno, de su lado, afirma que está trabajando en mejorar el sistema de transportes y que las modificaciones realizadas a lo largo del año han avanzado en esa dirección.

"Hemos avanzado, pero no estamos conformes con los resultados, hay que seguir mejorando", dijo este domingo el nuevo ministro de Transportes René Cortázar al hacer una evaluación de la tarea que le tocó emprender.
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