www.diariocritico.com

OPINIÓN/Víctor Gijón

El Partido de la Prohibición

El Partido de la Prohibición

martes 12 de febrero de 2008, 09:41h
El PP nos promete un futuro con más dinero en el bolsillo pero menos libertades en el alma. Nos bajarán los impuestos --más a los que más tienen--, pero nos subirán el listón para disfrutar de derechos.
Ni la mujer podrá decidir libremente sobre su maternidad, ni los homosexuales adoptar, ni los padres elegir si sus hijos quieren educación religiosa o no, ni los emigrantes emigrar, ni los artistas crear --salvo que se declaren adeptos al nuevo Movimiento Nacional Popular--, ni los enfermos terminales podrán morir en paz... El PP es el partido del no y de la prohibición.

No son presunciones apocalípticas sino constataciones tras la primera lectura del programa electoral del Partido Popular. Claro que es posible que, a pesar de lo que dicen y escriben, luego no lo cumplan. Hay datos que avalan esta segunda hipótesis, pero no es conveniente fiarse precisamente por los antecedentes. Y es que tras sacar a sus militantes a la calle para acusar al Gobierno socialista de atentar contra los derechos humanos por sus leyes del llamado divorcio ‘expres’ o por la del aborto, que no se olvide tienen ya 20 años, Mariano Rajoy afirma ahora que no las cambiará.

Han pasado 24 horas desde el anuncio electoral del presidente del PP y todavía no ha recibido la condena rotunda de los obispos. Los cual quiere decir que o no le creen, o ha dado seguridades a la jerarquía católica de que una cosa es lo que se dice para no perder votos y otra la que hará si gana, o, ¡terrible suposición!, a la iglesia le importa un pimiento las leyes del aborto y el divorcio siempre y cuando al frente del Gobierno estén los que considera suyos: es decir el PP.

Pero dejando al margen las hipótesis, más o menos aventuradas o basadas en actitudes contrastadas, lo cierto y verdad es que el PP parece dispuesto a convertirse en el partido de la prohibiciones. Se prohíbe sedar a los enfermos terminales para reducir su dolor, se prohíbe adoptar a los gays y lesbianas, se prohíbe educar en valores constitucionales a nuestro hijos, se prohíbe abortar, sobre todo en la seguridad social y en España, otra cosa son las clínicas privadas en el extranjero, y, sobre todo, se prohíbe criticar.

A los artistas e intelectuales que en número de 5.000 han firmado un manifiesto en apoyo a Zapatero, les contesta el PP sacando del baúl de los recuerdos declaraciones de algunos de los promotores del manifiesto que se remontan a los años sesenta. ¿Se imaginan como se pondrían estos basureros de hemeroteca si les recordamos que en esos años su presidente fundador, Manuel Fraga Iribarne, se sentaba en el Consejo de Ministros de Franco que dictaba sentencias de pena muerte contra disidentes políticos?

Pero volvamos al momento actual que, afortunadamente, sólo tiene olor a naftalina por algunas de las manifestaciones del PP que son a todas luces ideas viejas, casposas y claramente involucionistas. Por ejemplo sus nuevos mensajes sobre la inmigración, sacados de los programas xenófobos de la derecha europea más reaccionaria. Una política que pretende exarcerbar los más bajos instintos de sectores de la población con claros prejuicios contra los diferentes sean inmigrantes u homosexuales.

La política de mano dura, de control de uno en uno --¿quizás con el carné en la boca, como cuando los grises de la Dictadura tomaban la Universidad?--, no la aplicaron cuando tenían poder para hacerlo. En su lugar legalizaron a casi un millón de emigrantes sin casi requisito alguno, porque era más fácil y costaba menos que adoptar medidas serias de regularización. Porque ahorraba recursos de un Estado empeñado en el déficit cero aún a costa de reducir la contratación de policías y trasvasar la seguridad a manos privadas. Y porque se dejaba sin tocar el negocio de los nuevos esclavistas, empresarios (es un decir) de la construcción y trabajos agrícolas, que así pudieron seguir contratando esclavos en un mercado ‘libre’. El vodevil de mandar a los ecuatorianos a Ecuador para volverlos a traer una semana después duró apenas unas semanas.

En el PP tienen todo el derecho a prometer hoy lo que no hicieron ayer, pero no pueden protestar si se les recuerda el pasado. Pongamos por ejemplo la actitud actual de los populares cántabros sobre el puerto de Santander. Dice el candidato popular al Congreso de los Diputados y anterior presidente de Cantabria, José Joaquín Martínez Sieso, que si su partido gana las elecciones va a derribar las vallas que separan el puerto de la ciudad. No tenía yo a Sieso por un nuvo Sansón capaz de hacer caer murallas y menos esperaba verlo convertido en okupa. Ni lo tenía ni lo tengo. La única actuación de mayor cuantía que con Sieso de presidente de Cantabria y el PP en el Gobierno de la nación, que además había colocado a un amigo de la familia Piñeiro al frente del puerto, fue el intento de hacer un superpuerto deportivo de explotación privada en San Martín. Lo paró el movimiento ciudadano y una decisión valiente del entonces vicepresidente y consejero de Obras Públicas, hoy presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.

Lo malo de tener pasado es que te sale cuando menos lo esperas. Claro que el PP cuenta a su favor con la amnesia de los medios de comunicación locales, que guardan bajo siete llaves sus hemerotecas. Porque de actuaciones en el Puerto, con el PP siempre en el ayuntamiento de Santander y Gobierno unas veces del PSOE y otras del PP, tenemos ejemplos para dar y tomar. He citado anteriormente el intento de ampliar la concesión de atraques de yates en la bahía a la familia Piñeiro, que ya cuenta con los del Puertochico, pero también está el intento de pelotazo urbanístico en los terrenos de Campsa que oragnizó el por entonces presidente de Cantabria con el apoyo del PP, Juan Hormaechea, y que de haberse llevado a efecto habría impedido, entre otras obras necesarias para el desarrollo de Santander, la construcción del distribuidor de la Marga.

El PP ha puesto a trabajar en Cantabria la máquina de la mentira. Pero ya se sabe que se pilla primero a un mentiroso que a un cojo. Por ejemplo en la controversia en torno al Puerto. Como no parece que surtan efecto las falsas acusaciones a la autoridad portuaria sobre las actuaciones en su área de competencia, aparcamientos mediante, el PP de Santander se inventa asociaciones de vecinos que le den cobertura. En los próximo días aparecerá oficialmente --ayer lo hizo oficiosamente en una reunión con el alcalde Iñigo De la Serna, de la que, sorprendentemente, no nos han ofrecido imágenes-- una nueva asociación de vecinos en Castilla-Hermida que suscribirá a por a y b por b, todos las criticas del consistorio a la Autoridad Portuaria. Ya lo intentó en la pasada legislatura Piñeiro, pero la nueva asociación creada entonces trabaja conjuntamente desde hace meses con la de Los Arenales, la histórica asociación vecinal del populoso barrio santanderino.

De las mentiras municipales del PP destaquemos dos que ya han quedado en evidencia, incluso en las páginas del periódico más próximo a los intereses del PP santanderino. Primera, el indigno y burdo intento de endosarle la responsabilidad del desfalco de un millón de euros en Marcasantander al concejal regionalista, Antonio Pérez. El articulo de éste, publicado el sábado por El Diario Montañés, deja claro que si hubo un responsable político del quebranto económico de Merca ese fue Piñeiro y su hombre de confianza en la empresa pública para la comercialización de producto alimentarios, su gerente y anterior cargo del Gobierno de Martínez Sieso, Juan José Fernández.

En Mercansantander De la Serna ha tenido la oportunidad de desmarcarse del pasado y hacer tabla rasa con el entramado de complicidades e inutilidades heredado. Pero ha desaprovechado todas las oportunidades y ligado su futuro político a personajes con cuentas que, en algunos casos, no tendrán más remedio que rendir ante la justicia. De la Serna es rehén de las actuaciones del gerente Fernández, como lo es del proyecto del parque de las Llamas y los cientos de miles de euros enterrados en una obra que parece la del Escorial. Aquí también se busca a un enemigo externo al que endosarle la culpa de los errores propios. Si en Mercasantander se dispara contra el concejal del PRC, en Las Llamas son los ecologistas los malos de la pelicula. Y para crear esa imagen ante la opinión pública el PP se sirve, como en Castilla Hermida, de asociaciones de vecinos de las que un día les contaré quien paga sus facturas.

A quien el ayuntamiento no sé si paga, pero si que les ordena callar ante medios de comunicación que los populares no consideran manejables es a los vecinos del Cabildo de Arriba. De la Serna se equivoca intentado desviar la atención sobre las responsabilidades históricas del PP en el deterioro de un barrio que se cae a pedazos por la desidia municipal, cuando no por la preactiva actuación del Consistorio desde 1979 en manos de la derecha. Incluso el periódico de “más tirada, etcétera..”, que les vienen sacando las castañas de fuego en este asunto, advertía este sábado, en una de sus 'petits' editoriales, que el “Ayuntamiento de Santander debe, ahora, investigar si hubo alguna negligencia por parte de los servicios municipales, porque ese será sino un cabo que quedara suelto”.

Una depuración de posibles responsabilidades que  venimos exigiendo desde que las obras del número 12 de la Cuesta del Hospital, realizadas sin licencia y ante la falta de celeridad de los funcionarios municipales en la investigación de los hechos, provocó la caída del edificio colíndante, provocando tres muertes. Petición para aclarar responsabilidades políticas que le ha valido al Grupo Municipal del PSOE durísimas acusaciones de electoralismo y carroñería política por parte del PP.

Son algunas de las actuaciones de un PP que no asume responsabilidades propias y lanza por doquier acusaciones impropias. Que nos promete el paraíso frente a Sodoma y Gomorra. Pero no olvidemos lo que hicieron con Eva y Adán en cuanto pudieron.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios