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La verdad y la propaganda

La verdad y la propaganda

sábado 16 de febrero de 2008, 01:40h

Militantes palestinos  escapan después de disparar un mortero durante una operación antiterrorista del ejército de Israel en Gaza, el pasado martes.
La máquina propagandística árabe está muy bien aceitada, atrayendo no sólo a musulmanes de todas partes del mundo, sino también a los judeófobos. Esta gente dice que los judíos son los culpables o, por lo menos, los responsables de la violencia general, e incluso ponen en duda el derecho a existir del Estado de Israel. Ya han cambiado ''el problema palestino'' y lo han rebautizado como ''el problema judío''. Nos recuerda al nazismo, con su afirmación de que tenía ''la solución final del problema judío''. Es muy posible que haya llegado el momento de que el mundo entero trate el dilema de las tierras ocupadas y los refugiados. ¿Por qué no hacer una conferencia mundial para solucionar los problemas, no solamente del Medio Oriente, sino de todas partes del globo? Por supuesto, se deberían anular todos los acuerdos anteriores, los mapas de rutas, resoluciones, etc., y comenzar con una agenda rigurosa según la antigüedad e importancia de cada asunto. Al finalizar esta conferencia se podrían imponer los mismos métodos para resolver las diferencias entre judíos y árabes.

Hemos oído mucho sobre los 600 mil refugiados árabes que la ONU mantiene desde 1948, año de la creación de Israel y que hoy son más de 4 millones, hemos oído mucho sobre las masacres de árabes, sobre el ''holocausto palestino'', sobre las tierras ocupadas. Pues bien, se medirán las cantidades de personas involucradas, los crímenes cometidos, las bajas padecidas, los daños materiales sufridos, las pérdidas de espacio vital, etc. En realidad la agenda sería simple: el derecho de retorno de los refugiados y el uso extraordinario de fuerza contra los terroristas islámicos será el primer tema, el segundo, la devolución de las tierras ocupadas; el tercero, el pago por las pérdidas materiales y la indemnización por los bienes incautados, y por último, la creación ficticia de países durante el siglo pasado. Los participantes de la conferencia se encontrarán con elementos conocidos por todos, el desplazamiento de poblaciones enteras desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, millones de alemanes expulsados de Prusia Oriental, los hindúes echados de sus hogares en lo que ahora es Pakistán, las terribles migraciones forzadas de negros en Africa, o los 900,000 judíos expulsados de Egipto, Siria, Líbano, Irak, Argelia, Túnez y de otros entre los 22 países árabes, eso después de haber vivido allí durante los 20 siglos del exilio.

Sabemos bien que cualquier acción de un grupo insurgente sería castigada con un pelotón de fusilamiento o como Rusia hizo con los terroristas chechenos cuando bombardeó la capital, Grozny, matando a decenas de miles de civiles; Siria destruyó Hamma y así hay otros ejemplos, pero creo que no hay motivo para quejarse sobre Israel, que mató a 52 personas en Jenín. Debemos tomar las soluciones que se dio a estos problemas como muestra para solucionar el conflicto palestino. Con las tierras ''ocupadas'', podríamos ver cómo remediaron ese problema en Polonia, que ahora tiene 10% de las tierras de la Alemania histórica. Los rusos todavía tienen las islas Buriles, Turquía aún conserva partes de Grecia y Chipre, el Sahara occidental sigue anexado a Marruecos, buena parte de Azerbaiján está ocupado por Armenia y el Tíbet está en manos chinas.

Con respecto a compensaciones por las pérdidas materiales de los refugiados árabes, la solución es muy sencilla porque eran 600 mil, mayormente rurales, con muy poca fortuna personal, mientras que los 900 mil judíos expulsados de los países árabes eran gente con tiendas, comercios y fábricas en las ciudades. Se harían dos cuentas separadas, se descontaría una suma para los árabes y el balance se transferiría a Israel. Y, en cuanto a los países creados por simples acuerdos, deberíamos recordar al Irak que Churchill, según sus propias palabras, ''creó un viernes de tarde, a la hora de la siesta''; a Jordania, creada por Gran Bretaña sobre 78% de las tierras del Mandato Palestino y muchos otros casos similares.

Podríamos pedir a los rusos y a los sirios que aconsejen al ejército israelí que trate humanamente a los terroristas islámicos; los chipriotas helénicos podrían enseñar a los judíos qué concesiones dar a los musulmanes en la tres veces milenaria capital de los judíos, Jerusalén; Corea del Norte daría lecciones sobre el derecho a existir de naciones como Israel; Egipto e Irak explicarían cuánto se debería dar en compensación por los bienes incautados.

Padre nuestro que estás en los cielos, te rogamos que nos mandes ya Tu mensajero de paz. ¡Amén!


Jaime S. Dromi
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