El Madrid, un campeón justo y necesario

Como señala la liturgia: es justo y necesario. Que el Madrid haya sido el campeón de esta Liga tan distante de cuando era la Liga de las Estrellas. Y, por seguir remedando el rito, es nuestro deber, y quizás algo la salvación del fútbol, destacarlo ampliamente. Es justo porque, cual tantas veces ha señalado un exjugador y exentrenador madridista, Valdano, “el fútbol es un estado de ánimo”. Para lograr algo es imprescindible creérselo. Y después pelear por ello, echarle bemoles y sumarle la calidad individual y colectiva. O sea, las virtudes que ha cascabeleado el grupo de Schuster desde el inicio de la campaña, a diferencia de la falta de espíritu y profesionalidad del Barça, ahora tan ‘galáctico’ como lo fueron hasta hace dos años los entonces pupilos de Florentino Pérez.

Por ese derroche de testosterona, por ese empapar la camisola blanca todos los jugadores partido tras partido, he aplicado más arriba el calificativo de necesario. Para que otros tomen nota. Al margen de ello, ya sabemos que el equipo jamás haya deslumbrado, como prometió su actual mandamás, Ramón Calderón, pero siempre se entregó a tope y sabía lo que quería: ganar por encima de todo, dejando de intentar exquisiteces que con este plantel de jugadores son imposibles. Eso sí, la plantilla se queda corta, muy corta de calidad para intentar el asalto a la Liga de Campeones, y ahí tiene mucha tarea que realizar Mijatovic este verano para lograr ese por ahora sueño de la décima.

Al margen de ello, hay otros dos equipos que son los grandes triunfadores de la Liga y que han logrado, con creces, sus objetivos. El ‘submarino amarillo’, que emergió con regularidad y buen fútbol, con ese excepcional entrenador que es Pellegrini, y no sólo se ha asegurado volver a la citada Liga de Campeones, sino que es fácil que lo haga en su condición de subcampeón. Y el Racing, que con una plantilla muy normal, pero con otro grande de los banquillos –Marcelino García- y la creencia de que no era utópico conseguirlo se han colocado también ya seguro en Europa. De momento en la UEFA, pero, ojo, que están a sólo dos puntos del cuarto puesto, hoy propiedad del Atlético, que da acceso a la máxima competición continental.

Por el contra, las grandes decepciones han sido otros dos. El Sevilla, que no fue capaz de remontar la tragedia de la muerte de Antonio Puerta y la marcha del genial Juande Ramos, y aunque es muy posible que finalmente juegue la UEFA, la plantilla estaba para luchar y lograr algún título. Y, claro, el Valencia, a pesar de su triunfo en la Copa, logrado casi sin querer, pero que a falta de tres jornadas se encuentra peleando or no descender. ‘Gracias a la pésima gestión de su expresidente, Juan Soler, que contagió a banquillos y jugadores. Por cierto, además del título, esta jornada antepenúltima decidió el otro equipo que descenderá junto al Levante, el Murcia. Normal, porque cuando tenía solución la cosa ficharon al antientrenador, Javier Clemente, que de inmediato los llevó de cabeza al pozo de la Segunda.

Y, naturalmente, es justo y necesario cerrar estas líneas con la enhorabuena al Real Madrid.