La Comisión Federal de Garantías Democráticas de Izquierda Unida (IU) ha dictaminado "anular" la elección del cabeza de lista al Ayuntamiento de Madrid, Ángel Pérez, e instar a su federación madrileña a "realizar un nuevo proceso que cumpla con los principios estatutarios". La guerra está abierta, porque la dirección regional ha dicho que no acatará la decisión. La crisis ha llegado a la Presidencia Federal que, en una reunión mantenida en la tarde este lunes, ha decidido, por imposición de la mayoría detentada por Llamazares, una resolución en la que se insta a cumplir los acuerdos de la Comisión de Garantías, aunque abre una vía para la negociación. Pero se deja bien claro que, si no hay acuerdo, la Permanente de IU impondrá lo que ha decidido la Comisión de Garantías, y lo hará pase lo que pase.
Como se sabe, estaban impugnadas las candidaturas de Gregorio Gordo a la Comunidad de Madrid y la de Ángel Pérez a la Alcaldía. La Comisión Federal de Garantías ha dictaminado sobre la de Pérez, que la ha anulado, pero no sobre la de Gordo. Así que, medios de IU interpretan que se ha producido, efectivamente, una victoria de las tesis de Llamazares, pero sólo a medias.
Según estas fuentes, lo que realmente quiere Llamazares es colocar a Inés Sabanés como candidata a la Comunidad Autónoma de Madrid y a la abogada Virginia Díaz al Ayuntamiento. Ésta última, merced a un pacto con el que fuera el principal oponente de Llamazares para coordinar IU en la última Asamblea Federal, Enrique de Santiago. Curioso vuelco de mayorías y minorías, porque Llamazares se alzó entonces con la Coordinación gracias al apoyo, entre otros, de Ángel Pérez. Sin embargo, desacuerdos diversos han dado al traste con esa relación y Llamazares y Pérez han llegado a tal punto de desencuentro que el coordinador general decidió ‘cargarse’ al madrileño.
Así, en la reunión de la Presidencia Federal de este lunes se ha podido escuchar de todo. Se llegó a tal punto que la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, intentó poner un poco de orden, pero no lo consiguió. Según nuestras fuentes, Aguilar avisó que no se podía ir con el ‘ordeno y mando’ porque se podía derrumbar todo. Sin duda, una crisis de esa envergadura en Madrid tendría un reflejo inmediato en la IU federal.
Además, en la reunión de la Presidencia sectores afines a Pérez hicieron hincapié en la ‘no validez’ de la resolución adoptada por La Comisión Federal de Garantías Democráticas: primero, porque es un órgano cuestionado; segundo, porque sólo se reunieron cuatro de sus ocho componentes y los estatutos dicen –según recalcan nuestras fuentes- que tienen que reunirse al menos la mitad más uno; tercero, porque dos son de Madrid y en buena lógica no deberían de votar, y cuarto, porque uno, Manuel González, está condenado con sentencia en firme y limitados su derechos civiles. Es más, aunque tuvo un indulto parcial en el pasado mes de noviembre, tiene que ir con pulseras electrónicas de control policial.
En fin, que la locura se ha apoderado de IU a todos los niveles. Y tan es así que los dos sectores enfrentados han acudido a una posibilidad que se estableció ya en tiempos de Anguita: varias Federaciones tienen capacidad jurídica propia con derecho a poner sus propias candidaturas. Se trata de Euskadi, Cataluña, Valencia y Madrid, además, naturalmente, del Partido Comunista de España (PCE). Lo cual quiere decir que, llegado el caso, podrían concurrir dos candidatos para el mismo cargo y por el mismo partido en la misma elección.
¿Por qué ocurre todo esto? Sectores afines a Pérez, que se resiste a dejar su candidatura, señalan que es por el pacto que Llamazares habría cerrado con Enrique de Santiago para la próxima Asamblea Federal de IU, en la que deberá revalidarse la coordinación general. Así, aunque Llamazares no cuente con el porcentaje que Pérez controla en Madrid, sí contaría con el 19 % del total que tendría De Santiago. Según datos, insistimos, próximos a la tesis de Pérez.
La crisis de IU, que amenaza con ser de las gordas, ha preocupado seriamente al Partido Socialista, ya que IU es su único posible socio en Madrid para derrotar a Ruiz-Gallardón, por un lado, y a Esperanza Aguirre, por otro. Nadie sabe cómo influirá todo esto en la campaña de la izquierda, sobre todo después de lo esperpéntico de la designación de la candidatura socialista a la Alcaldía de Madrid, renuncia de José Bono incluida.