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La muy relativa paz dominical

La muy relativa paz dominical

domingo 08 de junio de 2008, 15:08h
El atentado contra las instalaciones de 'El Correo' en Zamudio, Vizcaya, era la más reciente demostración de la cerrazón de los etarras contra todos cuantos piensen algo distinto a sus postulados cerriles y salvajes. A los etarras no les gustan nada no ya los usos y exigencias democráticas, tampoco la libertad de pensamiento o expresión. De manera que no era el mejor modo de empezar un día que ha tenido en los preparativos de la huelga contra las subidas del gasóleo otra razón para las tensiones y preocupaciones. Desde primera hora de esta mañana dominical, muchísimas gasolineras eran demostración de la preocupación de muchísimos ciudadanos ante la eventualidad de que se vean desabastecidos del carburante que también a ellos los conduce a sus lugares de trabajo. De modo que esas colas de espera se añadían a los cortes y protestas por toda España ante la huelga de las horas siguientes, en las que transportistas y pescadores intentan forzar medidas que alivien el encarecimiento del combustible. Es conocido que toda huelga se hace contra el poder establecido, y que tales poderes se ven cuestionados, en primer lugar, pero sobre todo probados en sus capacidades de diálogo y hasta de confrontación. El Gobierno ha creado un comité de coordinación para seguir la crisis, mientras los ciudadanos consumidores observan con detalle el alcance de las movilizaciones para adivinar en qué medida pueden afectar a sus ritmos corrientes de vida. De momento, y como primera precaución, ya han visto la conveniencia de llenar los depósitos de sus vehículos. Algunos, también, han acaparado provisiones 'por si acaso' los estantes de determinados establecimientos comerciales se vieran vacíos. Más de uno cuenta con esa hipótesis del desabastecimiento como algo no sólo probable, sino casi seguro, por lo menos con algunos de los productos de la cesta de la compra, como el pescado.

   ¿Cabe esperar algo de las negociaciones de Gobierno y transportistas o pescadores? Es sumamente improbable. La elevación de los precios del gasóleo y los restantes carburantes nos afecta a todos, en mayor o menor medida, y ceder en algunos casos forzaría, aquí o en París y en Berlín, a transacciones similares, a las que ninguna autoridad ejerciente parece propicia. Es más: si alguna cesión pudiera llegar a producirse, vendría 'vía Bruselas', toda vez que 'los 27' gobernantes de la Europa Unida afrontan idénticos problemas: los de unos carburantes abruptamente elevados, hasta niveles insoportables. Un problema ante el cual muchos ciudadanos se ven especialmente afectados en sus modos de trabajar. Otra cosa es que los Estados tengan capacidad para atender esa clase de problemas. Siempre se han apuntado dos eventuales soluciones: que los Estados reduzcan sus ingresos por IVA en estos productos 'de supervivencia', o bien que los Estados reduzcan sus ingresos por los impuestos con que gravan precisamente a los carburantes. Pero los Estados se resisten a reducir sus ingresos de ninguna de las dos maneras...

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