Desde luego, lo del PSOE con el tema de la inmigración no hay quien lo entienda.
Como todos recordarán, en la primera legislatura del presidente
Rodríguez Zapatero, el Gobierno, pese a las opiniones contrarias de Europa y del PP en España, pues el resto de los partidos se dedicaron a bailarle las aguas, se empecinó en tomar una serie de medidas que en vez de resolver el problema de la inmigración, lo que hizo fue complicarlo aún más.
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Rodríguez Zapatero se ha dado cuenta que su política de inmigración hacía aguas por todas partes, motivo por el cual adoptó la decisión fácil de cambiar a
Caldera por
Corbacho, pues de lo contrario ni en Europa, ni en España, se habría podido comprender que un mismo Gobierno, que ayer decía y defendía una filosofía y unas acciones, hoy defienda la filosofía y acciones contrarias.
Las primeras medidas y propuestas realizadas por el ministro Corbacho con relación al tema de la inmigración, son totalmente distintas a las de Caldera, pero coinciden con las directrices y política de la UE, y que se puede resumir en que la inmigración es beneficiosa siempre que se realice de manera ordenada y legal.
Hace escasamente unos meses, el PSOE criticaba no sólo la propuesta que
Rajoy hizo durante la campaña electoral, de un contrato para los inmigrantes (y que después ha sido propuesta por la UE), sino también la idea de
Rafael Blasco, Conseller de Inmigración y Ciudadanía de la Generalitat Valenciana, de darles la opción a los inmigrantes de poder, voluntariamente, adquirir un compromiso para su integración en la sociedad.
En la actualidad, escasamente cuatro meses después de las elecciones, el Gobierno de Rodríguez Zapatero, por medio de su ministro Corbacho, valora positivamente la valentía de Cataluña de poner en marcha los dos primeros EBE (Espacios de Bienvenida Educativa).
Profundicemos un poco sobre los llamados EBE. Lo primero que llama la atención es que el ir o no a un EBE no es una cuestión voluntaria, sino totalmente obligatoria para todos los menores extracomunitarios entre 8 y 18 años que vivan en Cataluña.
Lo segundo que llama la atención es que los EBE no van a estar en aulas distintas pero en los mismos edificios, sino que van a estar en edificios totalmente separados. ¿Por qué? ¿Tienen miedo a que fuera de las horas lectivas los extracomunitarios se den cuenta mediante el contacto en los recreos y en actividades extraescolares que lo que en los EBE les dicen que va a ser el entorno social y sistema educativo, no se ajusta a lo que sus compañeros comunitarios les transmiten?
Y hablando de transmitir ¿En qué idioma se va a desarrollar la actividad de los EBE? ¿En el siempre prepotente castellano o en el perseguido y nunca bien valorado y apoyado catalán?
Y para finalizar, según el funcionamiento de los EBE los alumnos extracomunitarios estarán en ellos todo el tiempo que sea necesario hasta que estén preparados para su ingreso en la red escolar, pero ¿Quién va a decidir cuando ya han adquirido el carnet de ciudadanos de primera para poder estar con el resto de los jóvenes de su edad y, sobre todo qué requisitos les van a pedir para que puedan disfrutar de ese status?
No quiero acabar esta reflexión sin señalar que los propios ideólogos del EBE dicen que una de las cuestiones que también se va a trabajar, va a ser la educación a los padres, pues temen que si no se hace así, los progenitores deseducarán a los niños que la Generalitat de Cataluña está educando en los EBE.
La idea de los EBE puede que sea muy buena, pero tal y como nos la han contado, más da la impresión de que lo que le preocupa al Gobierno catalán es que sus inmigrantes vayan por libre, en vez de tener la garantía de que se integran en ese concepto de Cataluña, que tanto defienden los miembros del Tripartito.