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Pilar Martínez: "Cubriríamos la M-40 en la Villa Olímpica aunque no hubiese Juegos"

sábado 19 de julio de 2008, 14:03h
La delegada de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Pilar Martínez (Villaviciosa de Odón, 1961), ha afrontado en esta legislatura la tarea de concluir los proyectos singulares de ciudad que ya comenzaron a fraguarse en la pasada legislatura. En mitad del inicio efectivo de todo este trabajo, recibió a Madridiario en su despacho de la calle Guatemala. Ex alcaldesa de Villaviciosa de Odón, ex consejera de Asuntos Sociales y ex concejala de Economía de Madrid, es una firme defensora de la gestión pública y del interés ciudadano. Asegura que el político sólo puede desarrollar una labor eficiente desde el sacrificio y el trabajo constante. 

¿Cuándo va a empezar el grueso de la obra de Madrid Río?
En 2009 todos los proyectos estarán iniciados y algunos ya ejecutados. Pretendemos terminar la mayor parte de los proyectos entre finales de 2010 y principios de 2011. Hicimos una primera fase que fue muy impactante porque hubo momentos del soterramiento de la M-30 en los que teníamos a 5.500 trabajadores en la obra, con todo su equipo y su logística. El impacto de esa parte no lo tiene esta segunda fase, que implica la recuperación del espacio liberado para convertir lo que antes era asfalto en un parque. Se trata de un trabajo que requiere mucha sensibilidad, mucho mimo. Es casi artesanal. Hay que dedicar mucho tiempo para colocar cada árbol, cada flor, cada paseo, cada uso, en un lugar razonado. No se improvisa nada de lo que se va a hacer. Todo ha sido dibujado y colocado en el plano técnicamente, y luego se ha sometido a la participación ciudadana mediante la información pública.

¿Qué se ha hecho ya?
Hemos hecho obras en búsqueda de la accesibilidad en el río tras el soterramiento de la M-30. Se han urbanizado algunas partes como la Huerta de la Partida, el paseo de Virgen del Puerto y un tramo del Salón de Pinos, que quedaron hechos en la legislatura anterior. También se demolió el antiguo pontón en desuso frente al Vicente Calderón en noviembre de 2007, que era una exigencia de la Confederación Hidrográfica del Tajo para el soterramiento de la M-30. Se instaló iluminación de seguridad en todo el ámbito del río, se han hecho actuaciones de reurbanización de aceras y calzadas en la margen derecha, se rehabilitó el puente oblícuo para uso peatonal, se han remodelado todos los cajeros del río y las presas históricas. Están adjudicados cinco proyectos y seis se sometieron a licitación hace tan sólo unos días y comenzarán a realizarse en octubre. Actualmente, hay obras en marcha por valor de 55 millones de euros. En el plazo de información pública se hicieron presentaciones a colegios profesionales y federaciones y asociaciones de vecinos. Se organizó una exposición que tuvo 11.087 visitas. Se hicieron 19.106 consultas presenciales, 4.232 alegaciones con 30.000 peticiones distintas. Las hemos estudiado todas y hemos incorporado un 42,83 por ciento de ellas. Otras no se han podido incorporar porque no tenían que ver con el ámbito del río o porque eran contradictorias a lo que se incorporaba.

¿Cuándo tienen previsto cerrar el acuerdo del Vicente Calderón?
Los parámetros urbanísticos están ya cerrados desde el año pasado. Quedó entonces pendiente concretar los plazos de cuándo se empezaba la obra, así como el método de transferencia de la propiedad de la Peineta al Atlético de Madrid. Falta eso, aunque creo que se cerrará en este próximo trimestre. Los parámetros urbanísticos no se han tocado. En el ámbito del Vicente Calderón se pretende concentrar la edificabilidad en la antigua fábrica de cervezas Mahou. Donde está el estadio se eliminaría el edificio y se crearía un parque con algún uso deportivo sobre el que se está reflexionando. Además, se soterrará la M-30 a costa de los propietarios del suelo como carga urbanística. Cuando se cierre el acuerdo con el Atlético de Madrid y con Mahou, propietarios del suelo, desde Urbanismo iniciaremos la modificación del Plan General para convertir el uso industrial de la fábrica en residencial, para que se pueda tirar el estadio de fútbol y se convierta en zona verde. El próximo paso sería el negocio jurídico en torno a la transmisión de La Peineta, después la modificación del Plan General y, a su vez, empezar la transformación del estadio de fútbol. Una vez que La Peineta esté transformada, entonces es cuando se demolerá el Vicente Calderón.

Se ha anunciado que se cubrirá la M-40 a su paso por la Villa Olímpica.
La Villa Olímpica forma parte del desarrollo del este. Se trata de un desarrollo urbanístico que se dejó reservado para el final. Todos los suelos que tenía vacantes la ciudad de Madrid son nuevos desarrollos que se han ido urbanizando y construyendo, y se dejó lo mejor para el final: la centralidad del Este. Aquí está la Villa Olímpica, está justo enfrente de la Peineta. Para conectar la Villa con el estadio se crea una alfombra que cubre la M-40 y conecta la zona. Se quiere hacer un proyecto urbanístico muy innovador, sostenible. Una pieza urbanística singular, diferente. Ahora mismo, quizás es una ilusión. Concebimos la Villa Olímpica como una zona que debería ser protegida para que, en el futuro, los ciudadanos puedan recordar lo que ocurrió en un momento de nuestra historia y que fue bonito por sus valores y su trabajo. Ése será el legado de los Juegos. Este desarrollo tiene que reflejar eso con un urbanismo sostenible e innovador.

¿Se cubrirá la M-40 si no hay Juegos?
Yo creo que sí. Las circunstancias son como son. Esta pieza se reservó para el final porque estaba el proyecto olímpico. Aquí estaba La Peineta pero luego se pusieron otros contenedores olímpicos: piscinas, otro pabellón. Eso significa varios espacios deportivos para todo el este de la ciudad. Por lo tanto, tendría sentido el hacer la conexión con la centralidad del este. En cuanto se hubiese hecho la ordenación habría salido adelante este proyecto porque lo que se quería con trasladar aquí estas instalaciones deportivas era integrar el este y el sur. Obviamente, es más fácil de planificar este tipo de actuaciones cuando tienes un proyecto tan fuerte que tira de ello y que tiene el apoyo de la ciudad, la región y el Estado.

¿Esta medida se podría aplicar en otros sitios como Carabanchel, que también pide esta medida?
No se pueden cubrir todas las vías de comunicación. Se pueden modernizar y transformar las infraestructuras de la ciudad. En algunos puntos puedes cubrir porque tiene su lógica en la mejora de los nudos de transporte público y privado. Sin embargo, hay elementos de la movilidad como los grandes intercambiadores, las grandes autovías, el aeropuerto, las líneas férreas que benefician a la ciudad y no se pueden ocultar. Allá donde necesites cubrir una vía porque se recupera un espacio para los vecinos, la actuación está justificada y hay que hacerla. En el caso de la Villa Olímpica estás integrando una zona de la ciudad peatonalmente. También en el río, que se había convertido en una barrera para la integración del sur y el oeste de la ciudad. Pero no tiene sentido que hagamos un túnel, por ejemplo, en La Castellana o en Princesa. No tiene sentido que todas las entradas de las carreteras nacionales estén soterradas, porque entonces estaríamos creando una ciudad topo. Y entonces lo que tendríamos que plantearnos es qué ciudad queremos.

En la actual situación, ¿qué trabajo está haciendo el Ayuntamiento en cuestión de rehabilitación?
El problema histórico de la ciudad es la rehabilitación. Estamos buscando soluciones a problemas que se tendrían que resolver con una nueva legislación nacional y regional. Hay barrios como Lavapiés que tienen problemas desde hace 50 años y es tan extenso y tan complejo el problema que no es fácil de abordar. Se han hecho acciones de rehabilitación. Sin embargo, no se había acometido una de las más importantes que era la eliminación de infravivienda. Apoyamos la rehabilitación pero nos negamos a rehabilitar infraviviendas. Hay que erradicarlas porque deterioran la vida de las personas que viven en ellas, su edificio, su barrio... Este tema sólo se puede abordar con nuevas legislaciones y, a falta de las mismas, mediante la modificación del planeamiento. El Plan General dice en estos casos que si hay tantas infraviviendas, hay que dejar en la mitad el número de casas para poder ganar edificabilidad para las viviendas que queden. El Plan General de 1997 lo que hace con esto no es solucionar sino mantener el problema. Si resulta que en Lavapiés hay 7.000 infraviviendas y resulta que hay que quitar 3.000, son 3.000 familias que hay que llevar a otro barrio. Nosotros hemos propuesto a la Comunidad de Madrid modificar el planeamiento para mantener la edificabilidad. Es decir, si hay 7.000 viviendas, dejamos 7.000 viviendas. En la misma edificabilidad, reordenamos el espacio para que las viviendas reúnan condiciones de habitabilidad y vemos cómo ayudamos a las familias que no pueden afrontar esos gastos.

¿Cómo afecta a estos planes el Plan de rehabilitación que presentó al Comunidad de Madrid?
Hemos pedido al Gobierno regional que se incorpore la eliminación de infravivienda vertical. Es necesario definir qué es una infravivienda vertical para definir una política concreta contra ella. Es decir, pidiendo colaboración, que haya financiación, porque son operaciones deficitarias que tienen que afrontar las administraciones. Tenemos que coordinarnos. Esas políticas, para ser útiles, necesitan del consenso de las tres administraciones. Si nos hemos puesto de acuerdo para rehabilitar barrios y zonas afectadas, nos tenemos que poner de acuerdo para eliminar infravivienda. Es un paso más para mejorar estos vecindarios. Porque, además, dentro de algunos bloques, hay viviendas y hay infraviviendas. Por eso, hay que acompasar unas medidas con otras. Lo que pasa es que todavía no hay una herramienta clara para eliminar la infravivienda vertical. La Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid vamos a poder eliminar en esta legislatura prácticamente los núcleos chabolistas, excepto la Cañada Real, que es otra realidad más compleja. Es decir, la infravivienda horizontal. Eso es un logro histórico. Es una prioridad, un deber político y moral acabar con esas situaciones sociales. El siguiente paso es acabar con el chabolismo vertical y para ello pedimos que el Plan de rehabilitación de la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Vivienda lo afronten.

¿Qué es una infravivienda?
Creo que una infravivienda es un espacio que presenta déficits claros en materia de accesibilidad, sostenibilidad, ventilación, iluminación natural, infraestructuras básicas y servicios. En esos parámetros debería definirse. El tamaño en este caso es importante o no. Porque si se tiene una casa de veinticinco metros cuadrados que cumple con esos requisitos, se trata de un entorno muy habitable. El problema está cuando te encuentras situaciones de personas con ochenta años que viven en veinticinco metros cuadrados sin ventana, sin salida de humos, sin aseo y en un cuarto piso sin ascensor. Por este tipo de situaciones pedimos que se mantenga la edificabilidad. Para poder actuar y mejorar la circunstancia particular y el entorno. Sólo reordenándolo se puede ganar espacio para hacer más grandes y habitables las casas, incorporando un espacio de equipamiento básico en el bajo del edificio, construyendo garajes y trasteros para los vecinos. Eso es buscar el interés general. Eso es cambiarles la vida.

¿En qué punto está el proyecto Recoletos-Prado?
Ahora mismo estamos trabajando en la tramitación del ámbito BIC -Bien de Interés Cultural-, como ha decidido la Comunidad de Madrid, que es el órgano competente para tramitarlo. En los lugares que no afecta el BIC aplicamos el Plan General y estamos tramitando proyectos como los de la glorieta de Carlos V y la plaza de las Cortes. También estamos redactando otro proyecto más para que vayan entrando uno tras otro de manera coordinada todas las actuaciones de la reforma. Creo que el Recoletos Prado cumple tres objetivos: potencia el transporte público, la reducción del transportes privado, y el incremento de zonas verdes y peatonales. La filosofía de gestión de la almendra central contempló la M-30 como anillo distribuidor del tráfico. En la medida que distribuye, podemos dedicarnos al centro. La M-30 se hizo mirando al centro. Se transformó en un anillo distribuidor moderno para poder reducir el tráfico del centro y poder potenciar el transporte público. Fue una clara apuesta por la revitalización del centro urbano que continúa en el Recoletos-Prado. Además, este eje posee uno de los núcleos culturales más importantes del mundo y hay que fortalecerlo, no debilitarlo con el tráfico privado. Hay que crear un espacio más habitable, vender mejor esta joya a la sociedad. 

Se habla de un Plan de Calidad de la Escena Urbana.
Se ha creado una comisión de calidad del espacio público y este lunes se presenta un borrador del Plan. Eso es algo histórico. Es algo que se identifica con el alcalde. Siempre ha dicho que hay contar con los mejores profesionales para trabajar con el paisaje urbano, la arquitectura, el arte... Todo para implantar la cultura de la calidad en la escena urbana. Eso incide en la imagen de la ciudad. La calidad es una marca personal de este Madrid del siglo XXI. Hay incorporar esa filosofía mediante la coordinación de las Áreas municipales. Todo no se puede poner en la calle y tenemos que saber qué se puede y qué no se puede poner. Buscamos un diseño homogéneo. Porque en cualquier punto de la ciudad, la publicidad, las medianeras, las papeleras o los bordillos nos están hablando de cómo es la ciudad. Nos hablan con calidad o diciendo que esto es un caos. La gente se identifica con la calidad y la belleza, se siente parte de ello y se quiere integrar en ello. Es una forma de hacer ciudad. Los ciudadanos esperan que las cosas estén colocadas en su sitio porque tienen sentido. Esto imprime sensibilidad y calidad al entorno. Estamos marcando las grandes directrices de la cultura de la calidad del espacio urbano. Ahora tenemos que ponernos fechas para construir ese Plan Director y entre todos aplicarlo.

Han empezado a trabajar en el Plan General de Ordenación Urbana. ¿Qué fecha se han marcado para terminarlo?
Estamos trabajando de la mano con la universidad. Marcamos los criterios para realizar la revisión parcial del mismo. Buscamos una reflexión sobre el modelo de ciudad, sobre las estrategias económicas, urbanísticas, culturales y medioambientales que tiene que jugar Madrid. Por eso, no tenemos prisa. El urbanismo no puede tener prisa. Se trata de un proceso con el que hay que tener mucho cuidado. Lo mejor es no equivocarse y para ello se necesita trabajar con tranquilidad. Si tenemos, mientras tanto, que hacer modificaciones puntuales para arreglar cosas, se hacen. Las estrategias en las que se busca la sostenibilidad, la competitividad y la calidad de vida de la ciudad,  deben ir orientadas a fomentar el desarrollo de estrategias de ciudad que nos permitan pensar en diversos planos como el de las zonas verdes, el desarrollo económico y tecnológico, el plano del alquiler de viviendas, el plano de dónde los niños pueden jugar, de la cultura, del ocio, de lo social. Nos interesa más plasmar esas realidades en el Plan que no fijarnos en un plano lleno de rayas donde nadie entiende nada. Es decir, nos interesa el urbanismo porque es público, y por eso es político.

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