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Estados Unidos pasa por encima de España (119-82)

sábado 16 de agosto de 2008, 18:26h
La selección española de baloncesto recibió una abultada derrota en el cuarto partido de la primera fase de los Juegos Olímpicos de Pekín ante Estados Unidos. Los americanos se impusieron a Gasol y compañía por 119 a 82.

Estados Unidos tenía que demostrarse a sí mismo que son el verdadero número uno del baloncesto mundial. Romper la imagen de ‘La Roja’ de campeones y ponerle las cosas claras después de haber hecho lo propio con Grecia, su ‘bestia negra’ en el último mundial. La selección española tenía que tomarse el partido como una toma de contacto con su más directo rival. Pero en ningún momento dio muestras de poder ni querer ganar el partido.

 

El ‘Redeem team’ (‘el equipo de la redención’, como se autodenominan los americanos) salió a la cancha dispuesto a seguir purgando su “pecados” de los últimos torneos. Los dos equipos comenzaron tanteándose. Pau Gasol, Rudy Fernández, José Manuel Calderón, Álex Mumbrú y Felipe Reyes eran los supuestos heraldos de la nueva machada española ante los americanos.

Y al principio, parecía que les iban a plantar cara. Mientras Lebron James se cebaba en el aro español, Mumbrú y Reyes hacían lo propio en el americano. Rápidamente, la balanza se decantó del lado americano. Los estadounidenses cubrían a Pau como si les fuera la vida en ello. Aíto sentó a los más entonados apenas pasados tres minutos de juego y los reservas no hacían sus deberes ni en ataque ni en defensa. Al finalizar el cuarto, el tanteo reflejaba catorce puntos de ventaja para los americanos.

 

Maquillaje

En el segundo cuarto, España mantuvo aún el tipo, aunque era un maquillaje. La defensa era cada vez menos efectiva. A pesar de la zona, el bombardeo a mates y triples no cesaba. Ricky no tenía su mejor día; Calderón no ordenaba el juego de los nuestros; y Pau Gasol, salvo pájara, debía estarse reservando para compromisos más importantes. Además, España se desangraba a pérdidas de balón (hasta 17 en el primer tiempo), lo que con los americanos equivale a dos puntos más en contra.

Estados Unidos, incontestable, ya tenía el partido ganado, pero se resistía a dar ‘show time’. Querían dar una lección. Bryant y Paul con sus robos; James, Wade, Anthony y Howard con sus mates; y Williams con sus triples, hacían y deshacían. Sin embargo, con todo, España todavía parecía tener espíritu de lucha. Al descanso el equipo de Aíto perdía por 61 a 45, incluso con un 67 por ciento de acierto en tiros de tres por parte de los americanos.

 

Al salir del descanso se esperaba el despertar español, pero la tarjeta de presentación de su juego fue una pérdida de balón de Raúl López en la primera jugada. El problema se hacía crónico y los americanos ampliaban fácilmente su ventaja a la treintena. ‘Secaron’ el ataque español casi cinco minutos. Daba igual quién saliese. Dolía ver el juego de los nuestros. Sólo Felipe Reyes se comía a su oponente cada vez que salía. 19 puntos y 8 rebotes rubricaron su mejor partido en el torneo.

 

Festín americano

En el último cuarto pareció que la cosa podía quedar en derrota anecdótica. Un triple de Rudy y otro de Navarro pusieron a España en camino. Pero el chispazo de inspiración se apagó y Aíto contribuyó al problema haciendo el enésimo movimiento de banquillo. Primero se acogía a Navarro y Garbajosa, luego a Gasol y Rudy, y luego a nadie en particular. Los últimos minutos se tiraban a la basura con un juego vulgar en el que los americanos se daban un festín en ataque y defensa. Al final, 37 puntos de diferencia en el marcador y una derrota que nos coloca segundos.

 

Los números hablan por sí solos. No hubo ninguna canasta española al contraataque. El tiro de dos puntos estuvo en un 51 por ciento, hubo 28 pérdidas y un paupérrimo 21 por ciento en tiros de tres puntos. Es de suponer que España hizo una reserva estratégica de su potencial para la supuesta final olímpica. Que se tomó el partido como un encuentro más a pesar de su importancia simbólica. Sin embargo, la campeona del mundo tiene que dar la cara ante todos los rivales.

Desde que empezó el campeonato esa conciencia ganadora está lastrada por la excesiva confianza, la prepotencia, y la desgana.  Exactamente los pecados que Estados Unidos quiere quitarse de encima en este torneo. Los americanos quieren parecerse a los españoles: ser un equipo y ser mejores que los mejores. Por desgracia, los españoles están cayendo, cada vez más, en los errores pasados de los americanos, y por eso están volando mucho más bajo de lo que pueden y se espera de ellos. Esta derrota debería abrir los ojos de ‘La Roja’ y demostrarles que una medalla de oro vale mucho esfuerzo, merece mucho respeto y significa mucho prestigio.

Y que soñar con la victoria es fácil si se entra a un partido dispuesto a dar lo máximo; es gratis cuando tu currículum es el de campeona del mundo y subcampeona de Europa. Pero soñar con la victoria es imposible si se hace lo que ha hecho España este sábado: jugar a medio gas o desconcertada por el poderío físico que tenía enfrente; crear defensas inútiles y prolongar el despiste que dura ya cuatro partidos. Jugando así, los sueños, sueños son, y el ‘Dream Team’ es el que es; porque con esta realidad, España no da para más.

 

España.- 82: F. Reyes (19); P. Gasol (13); R. Fernández (8); R. Rubio (8); M. Gasol (8); A. Mumbrú (8); B. Rodríguez (6); J.C. Navarro (5); J.M. Calderón (4); J. Garbajosa (3); R. López.

 

Estados Unidos.- 119: L. James (18); D. Wade (16); C. Anthony (16); C. Paul (14); D. Williams (11); K. Bryant (11); D. Howard (10); T. Prince (10); C. Boozer (5); M. Redd (4); J. Kidd (2); C. Bosh (2).

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