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Un avión sufre la rotura de un motor y se estrella en Barajas

El accidente de un avión en Barajas deja 153 muertos

miércoles 20 de agosto de 2008, 15:04h
El vuelo JKK-5022 de Spanair, combinado con la compañia Luftansa, no pudo despegar este miércoles de Barajas. El avión con destino a Las Palmas de Gran Canaria se estrelló al intentar despegar por segunda vez dejando 153 muertos y 19 heridos. Madrid se vistió de luto en un día de tragedia. El juzgado de Instrucción número 11 de Madrid ha abierto una investigación para aclarar el accidente y los problemas que el aparato registró justo antes de salir.
El aparato, modelo 82 de la marca McDonnell Douglas, tenía prevista la salida este miércoles a la una de la tarde, con embarque por la puerta C-49 de la Terminal 2. Tras varios retrasos por cuestiones técnicas se produjo un primer intento de despegue en el área de la T-4, pero tuvo que regresar y someterse a una revisión. Una vez supervisado por el piloto y un mecánico, llegó de nuevo a la pista a las 14.14 horas.

Cuando intentaba alzarse en el aire, el avión no pudo levantar el morro. Testigos presenciales explicaron a Madridiario que uno de los motores del lado izquierdo explotó y, al no poder remontar, cayó a plomo y se estrelló en tierra a las 14.45 horas. Después de la colisión, se partió por la mitad, cayó fuera de la pista y provocó un aparatoso incendio. Las vidas de muchas familias quedaron truncadas.

Restos a cientos de metros
El Gobierno, la Comunidad, el Ayuntamiento de Madrid y Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), activaron de inmediato los planes de emergencias y el 'Protocolo 11-M' de gestión de castástrofes e identificación de cadáveres.

 Una veintena de efectivos de Bomberos, Samur, Summa-112 y Cruz Roja tomaron el lugar  aún en llamas. A su llegada, se encontraron un panorama dantesco, ya que la violencia del impacto hizo que los cuerpos se diseminasen por la zona del accidente. Dos trabajadores de Barajas aseguraron a los medios que habían encontrado restos flotando en un arroyo a cientos de metros del impacto. Varios cadáveres salieron a flote cuando el fuselaje fue sacado del agua.

Según pasaron las horas, se confirmaron los peores pronósticos: 153 personas perdían la vida, incluida toda la tripulación. De entre el amasijo de hierros y mientras sofocaban el fuego, los bomberos lograron rescatar a una veintena de supervivientes, la mayoría con quemaduras graves, algunos de los cuales murieron de camino o en el hospital.

Las cajas negras, que serán claves para determinar las causas del accidente, fueron encontradas y puestas a disposición de las autoridades. AENA cerró el aeródromo temporalmente, activando la máxima alerta de emergencia y reuniendo a su gabinete de crisis. Sobre las 16.40, permitió la salida de los primeros vuelos y a las 18 horas comenzó a operar con servicio regulado.

172 personas
En la aeronave viajaban 172 personas, según la compañía. De ellos, 162 eran pasajeros -dos de ellos bebés- y los diez restantes configuraban la plantilla del avión (cuatro tripulantes en movimiento y seis en vuelo). Los cadáveres fueron llevados en primer lugar a una nave habilitada en el mismo aeropuerto, para después trasladarlos hasta IFEMA, donde se vivieron escenas de extremo dolor. Los familiares de los pasajeros naturales de Canarias viajaron a Madrid en un avión fletado por la propia Spanair para identificar a los fallecidos.

El recuerdo del 11 de marzo de 2004 (la última vez que la Feria de Madrid cumplió esa función) y de los desastres del Aviaco y Avianca en 1983 (los dos últimos accidentes en Barajas), se cernieron sobre Madrid. Toda la clase política internacional, nacional y madrileña se sumó a las muestras de dolor.

Explicaciones de Spanair
Spanair puso a disposición de los familiares de los pasajeros un teléfono de atención, el 800 400 200. La compañía aseguró en una rueda de prensa de urgencia convocada en Madrid que el avión tenía 15 años de antigüedad y que había pasado su última revisión el 24 de enero de este año. Desde entonces, según la compañía, éste no había registrado "ninguna irregularidad".

Fuentes próximas a la investigación afirmaron a Madridiario que la causa del regreso del avión a la zona de embarque se debió a un problema con el mismo motor que fue revisado y que estalló al despegar la segunda vez. A preguntas de este diario, los responsables de Spanair eludieron confirmar este extremo así como si, tras esa revisión, se certificó por escrito que el aparato estaba en condiciones técnicas óptimas para volar.

Posteriormente, aseguraron que el comandante del vuelo informó antes de iniciar el vuelo de una avería relacionada con el indicador exterior de temperatura "que se reparó según los procedimientos establecidos por técnicos de la compañía".
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