Puerto Príncipe.- Más de 600 muertos se contaban en Haití hoy tras el paso de los poderosos huracanes Fay, Gustav y Hanna, y la ayuda internacional aumentaba mientras que otro ciclón, Ike, podría lanzar nuevas trombas de agua sobre la isla dentro de unos días.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), más de 500 personas perdieron la vida en el país por el paso del huracán Hanna y el balance de víctimas aumenta "de hora en hora". Una semana antes, Gustav ya había dejado 77 muertos en este país, uno de los más pobres del planeta.
Unas 250.000 personas necesitan ayuda humanitaria sobre el total de 350.000 habitantes de Gonaives, una ciudad del norte del país, la más afectada por los huracanes, subrayó una portavoz de la OCHA.
Unicef anunció por su parte que 650.000 personas, entre ellas 300.000 niños, fueron afectadas por las inundaciones provocadas por las lluvias que cayeron sobre Haití por el pasaje de los tres huracanes, Fay, que causó unas 40 víctimas hace dos semanas, Gustav y Hanna.
El vuelo sobre la costa noreste del país en avión, permitía el sábado hacerse una idea de los daños del suelo: ríos color de barro y desbordes sobre pueblos enteros, hacían surcos en el paisaje.
En las zonas dañadas del país, particularmente debido a las inundaciones y deslizamientos del terreno por una gran desforestación, sólo los tejados emergen de inmensas capas de barro.
La situación es "catastrófica" en Gonaives, indicó el senador que representa este puerto, Yuri Latortue. "Unas 200.000 personas están sin comer desde hace tres días", añadió.
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) anunció el sábado el envío a Haití de "alimentos, agua y ayuda humanitaria" por barco y por avión.
El calvario de Haití podría no haber terminado, ya que el huracán Ike de categoría 4 (de cinco) fue calificado como "extremadamente peligroso" y debería pasar por los bordes de la isla, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
En las radios haitianas se transmitían mensajes de alerta el sábado para advertir a la población de los riesgos que causaría Ike desde el domingo de mañana. El norte, donde se sitúa Gonaives, está específicamente advertido con una "alerta roja".
Los cascos azules ayudaron el sábado a evacuar a miles de personas en Gonaives ante la amenaza del huracán Ike, indicó a la AFP un responsable de la protección civil, Youdeline Joseph.
Paralelamente, ambulancias recuperaban cadáveres en las calles de la ciudad. "No hay morgue en la ciudad, que está privada de electricidad. Entonces, quienes encuentran el cuerpo de alguien cercano, de un pariente, lo entierran enseguida", atestiguó Joseph.
"Hay un olor desagradable en la ciudad", indicó a la AFP Charlie Rowley de la organización humanitaria Oxfam, aunque aseguró no haber visto cadáveres.
Las organizaciones humanitarias tuvieron grandes dificultades para hacer llegar las provisiones a las ciudades afectadas, algunas preocupadas por las condiciones de seguridad. El sábado Oxfam, Médicos sin fronteras, la ONU y la Cruz Roja estaban en Gonaives.
"Las personas que están sobre la ruta se sienten abandonadas y no quieren que toda la ayuda sea focalizada en Gonaives", explicó a la AFP Kone Amara, coordinador humanitario de Oxfam en Haití.
La ONG británica Christian Aid se declaró particularmente preocupada por el peligro de tumultos en las próximas semanas. Esta entidad informó que el valle de Artibonite (norte), donde se planta el 80% del arroz del país, quedó totalmente inundado.
Haití había sufrido violentos tumultos debido al hambre en abril, tras una brusca subida de los precios de los alimentos.
Según la OCHA, las Naciones Unidas lanzarán en los próximos días un llamado financiero de urgencia para ayudar a 600.000 personas durante seis meses. Varios países de la comunidad internacional ofrecieron asimismo su ayuda.