www.diariocritico.com

¡Ay Europa!

Por Gabriel Elorriaga F.
x
elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
viernes 30 de junio de 2023, 12:21h

Pedro Sánchez, como presidente de turno del Consejo de la Unión Europea en este semestre que empieza, se va a Ucrania, país que no forma parte de la Unión Europea sino como aspirante, para pronunciar su primer discurso ante el Parlamento de dicho país libre, heroico y martirizado.

Es allí donde debería ir un día Sánchez adelantando la voluntad de todos los países miembros de la Unión de incorporar a Ucrania. Pero Sánchez, tras la extravagancia de convocar Elecciones Generales el primer mes de la Presidencia española de la Unión, ha querido seguir manifestándose como político extravagante celebrando el inicio de un semestre unionista fuera de la Unión, quizá como una elogiable muestra de apoyo a Ucrania que tendría más sentido si antes hubiese tanteado el tema con los otros países miembros, de igual manera que le hubiese ido mejor si hubiese fijado la fecha de las elecciones de acuerdo con la oposición con la que no se ha molestado en dialogar sobre el futuro, a pesar de la inestabilidad que comporta la desconexión entre poder y oposición en un tiempo de cambio.

Pero ha llegado el semestre que tanto deseaba el presidente Sánchez y que llega después del año 2010 en que se produjo el mismo evento con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno.

Con las ampliaciones a nuevos países cada vez es más largo el plazo en que volverá a producirse esta Presidencia española. Pensaba Sánchez en lucir como político internacional pero la catástrofe de las Elecciones Municipales le aconsejó un adelanto electoral desesperado en plena canícula , por lo que tendrá que conformarse con las limitadas actuaciones de un Gobierno en funciones durante los comicios y, hasta que se reúna un nuevo Congreso de los Diputados que invista a un nuevo presidente que entre en faena con un horizonte más claro a la vez que forme Gobierno y los nuevos ministros compongan los nuevos equipos con quienes trabajar los previsibles acontecimientos del nuevo semestre.

Es decir, un auténtico desperdicio de las oportunidades que brindaba a España este protagonismo de turno en que Sánchez hubiese querido exhibir su política exterior presidencializada, personalizada y opaca para con la oposición aunque cariñosa con Ucrania.

Muy agobiado tuvo que sentirse Sánchez para no agotar la legislatura como era su propósito cuando exponía sus deseos en cuantas ocasiones se le preguntaba. Era una Presidencia muy especial y lo es porque, aun siendo consecuencia de un turno, coincide con el semestre final de Presidencia de la Comisión Europea por Ursula von der Leyen, y el imprevisto y abrupto final de la legislatura española produjo malestar en dicha Comisión Europea por la desatención de no informar a Bruselas de sus planes.

En Bruselas saben, igual que aquí, que lo probable es que Sánchez pierda sus inmediatas elecciones. Pero aún en el caso de que sobreviviese a los pronósticos más solventes, se encontraría en condiciones precarias, necesitado de pactos extravagantes y sin bases territoriales propicias. Su imagen decadente frustra las esperanzas de instalarse en puestos europeos de alto nivel y de llevar consigo a sus últimos fieles que se ha apresurado a colocar en listas electorales o en puestos institucionales o funcionariales. Es como el repliegue de un ejército en retirada buscando el refugio de las trincheras.

En unas circunstancias desfavorables decidió someter a los españoles a la solanera del 23 de julio olvidando que en tales apresuradas circunstancias los gobiernos sensatos pactan su programa de Presidencia Europea con el partido de la oposición de forma que todo discurra con normalidad y sin sobresaltos en caso de producirse un cambio.

La posibilidad de pactar un aplazamiento, como hizo Alemania en 2002 no era posible porque, como entonces, también la Unión Europea entrará en campaña en este último semestre. La Presidencia española de C.U.E. comenzará con un discurso a Zelenski que merece esta atención de un presidente más consolidado.

Es la posición de un presidente investido y no un mitin indirecto de una campaña electoral lo que merecía Ucrania. Lo cierto es que el semestre de Presidencia española quedará reducido a un intenso segundo trimestre. No sé en qué medida perjudicará a la política exterior española esta complicación sobrevenida y en qué grado se verá afectado el peso de España en la cumbre de la OTAN en Lituania o en la cumbre Unión Europea—América Latina que se celebrará este mes.

Pero los que parecen más preocupantes son los dos asuntos en que la presencia española es más crucial: la reforma de las reglas presupuestarias y la reforma del mercado de la electricidad. Ambos asuntos deberán ser aprobados a toda costa antes del fin de este trimestre partido en dos por la ocurrencia de Sánchez.

Afortunadamente España dispone de una representación en el Parlamento Europeo y de un funcionariado diplomático de alto nivel profesional que suponemos que cubrirán con su competencia el hueco de un Gobierno ensimismado en una contienda electoral inoportuna que es deseable que desemboque en una futura etapa de estabilidad. Pero nunca una gestión colectiva podrá sustituir a la capacidad de decisión de un liderazgo con perspectiva de futuro.

No nos engañemos, Pedro Sánchez, antaño tan celoso de no perderse ni una fotografía con personajes internacionales, va a hacer sufrir a Europa y no solo a los españoles con su ocurrencia de convocar elecciones en la peor fecha posible. También en Europa sus caprichos puntuarán en contra. El Partido Popular debe prepararse para afrontar los ajustes y negociaciones con Bruselas como quien se sube a un tren en marcha.

El tren de la disciplina fiscal y la sostenibilidad en el que subirá Alberto Núñez Feijóo sin conocer asuntos tan sensibles como el acuerdo de ampliación de los efectivos España-USA en Rota o el giro de Sánchez sobre el Sahara. La conjunción sideral llega con un presidente amortizado que solo, en sueños, cree que podrá hacer otro gobierno de coalición sin “Podemos” pero con los mismos comunistas en el ejecutivo bajo el manto de su vicepresidenta Yolanda Díaz, acompañada como segunda apuesta diplomática por un personaje estrambótico conocido como embajador de día y tramposo de noche por sus escritos bajo pseudónimo. La otra vicepresidenta primera Nadia Calviño, más europeísta, ha renunciado a enrolarse en las listas parlamentarias del sanchismo decadente, preparando su vuelta a Bruselas de donde más le valía no haber salido.

Se necesitaba en este trance un Gobierno con credibilidad, seguridad jurídica, transparencia y consenso con la oposición y no un Gobierno agónico.

Pero así se le escapó Europa a Pedro Sánchez, tan convencido de que la Internacional Socialista aún era una fuerza poderosa en el mundo. Le llega la Presidencia cuando las tres penínsulas mediterráneas se han vuelto hacia posiciones conservadoras. Le queda el consuelo de que se ha adelantado a fechas electorales la cumbre entre la Unión Europea e Iberoamérica y el Caribe.

Quizá se pueda hacer representar por José Luis Rodríguez Zapatero y los embajadores en Cuba y Venezuela. Sentirse incómodo presidiendo el Consejo de la Unión Europea parece una mala jugada del calendario. Pero es una jugada del destino que las Presidencias fallidas son consecuencias habidas de ir con prisa a una elección.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
0 comentarios