¿Adiós al objetivo de cambio del Régimen del 78?

La foto de la noche electoral municipal y autonómica en la España de 2023 (28 de mayo), es justamente la que no existió: Pedro Sánchez dando la cara y explicando cómo no puede fiarse ya ni de sus dirigentes autonómicos. Y, encima, el único que salva los muebles es García Page en Castilla-La Mancha, su máximo detractor en el seno del partido. Así pues, con un par, el presidente se escondió en la Moncloa a pensar de quién prescinde en el gobierno y en los próximos días para encarar, con viento clarísimamente adverso, estos próximos 6 meses de peregrinaje en el desierto de la adversidad. Pero si esperan ustedes algún mea culpa de Su Sanchidad, acabarán en el mayor de losaburrimientos porque este jefe nunca se equivoca.

Fuera de Moncloa los titulares son unánimes, o casi: derrota sin paliativos; hecatombe socialista; un tsunami barre a Sánchez; debacle socialista y morada; avance popular incontestable; PSOE en caída libre y Podemos y Cs desaparecidos...

De los claros síntomas de agotamiento y falta de ideas en el gobierno, más allá de las mentiras constantes y las falsas promesas, y un más que probable fin de ciclo, hablan por sí solos los resultados kcosechados en estas elecciones municipales y autonómicas. Sin ánimo de exhaustividad y por si no ha querido detenerse en los ríios de tinta y de comentarios en las cientos de tertulias políticas que pueblan los medios, vamos a subrayar los principales rasgos.

El mapa de España ha vuelto a pintarse de azul. La mayor parte de las comunidades autónomas que votaron el 28-M (todas salvo Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía), votaron al PP como partido de gobierno , ya sea en solitario o con el apoyo negociado con Vox. Es el caso de Madrid, Valencia, Baleares, Aragón, Murcia, Extremadura, Cantabria y La Rioja. El otro partido vencedor, a pesar de los constantes ataques sufridos desde la izquierda, ha sido Vox, que multiplica por dos sus votos, por tres sus concejales y podrá apoyar o negar el apoyo al PP en seis comunidades autónomas. El PSOE solo ha podido retener tres de las comunidades en las que gobernaba: Asturias, Castilla-La Mancha y, posiblemente, Navarra . En Canarias el PP tiene la llave para que Coalición Canaria sea la formación que quite a los socialistas el gobierno regional.

Los populares han arrebatado también al PSOE ayuntamientos clave (Valencia, Valladolid, Sevilla o Logroño, entre otras muchas grandes ciudades), ha obtenido casi 800.000 votos más que el partido socialista y ha señalado la gran derrota de Sánchez que, en conjunto, ha perdido más de dos millones de votos con respecto a las anteriores elecciones de 2019. Son los grandes datos de la indiscutible derrota de Pedro Sánchez que, además, ha tenido que digerir el fracaso obtenido por todos sus socios de gobierno y simpatizantes, como es el caso de Unidas Podemos, ERC, Más Madrid, y los socios de Yolanda Díaz, así como el PNV, que han bajado sus resultados con respecto a 2019, y el único que ha salido reforzado ha sido precisamente Bildu, lo cual tampoco favorece los intereses del PSOE, que va a tener que volver a retratarse con sus apoyos al partido filoetarra en varios ayuntamientos vascos y navarros.

Todos estos datos van a influir de modo decisivo en el objetivo de Sánchez y sus socios de acabar con la Constitución de 1978, si actúan con realismo . Aunque tampoco es descartable que , habida cuenta de que tienen por delante siete meses hasta la convocatoria de elecciones generales en diciembre de este año, se embarquen en la aventura suicida de materializarlo. Con Sánchez nada es descartable y menos aún cuando , como ahora, está herido y acorralado. Poco importa a un dirigente tan ambicioso como Sánchez que los ciudadanos le hayan dado la espalda en la mayor parte del territorio español y que, como una de las consecuencias directas de ello, el Frankenstein esté desvaneciéndose ya de forma irremisible.

Pero mal haría el Partido Popular , con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, en regodearse en la primera victoria obtenida por el líder gallego en su primer año al frente del partido. El presidente Sánchez se crece ante la adversidad y no va a a dejarse vencer fácilmente. Ha demostrado ya sobradamente en sus cinco años de gobierno que es capaz de lo que haga falta con tal de no abandonar el poder: pactar con terroristas y simpatizantes; derogar el delito de sedición; anular casi totalmente el de malversación; plegarse a las exigencias delirantes de Unidas Podemos en esas leyes que, probablemente, estén en el origen de su batacazo político; arrinconar la figura del Rey; ocupar instituciones, organismos y empresas clave del país; señalar a empresarios ; subir la fiscalidad de forma generalizada y, especialmente, contra grandes, pequeños y medianos empresarios; cambiar la política exterior con el vecino marroquí sin consultar ni pactar nada con nadie, etc,etc.