Prontuario

Sigo aquí, en mi despacho oficial monclovita, tirando de los hilos de aquí y de allá para intentar recomponer la cosa pública, que últimamente y a medida que nos acercamos a mayo y a fin de año, para los políticos de raza, las elecciones es lo único que cuenta. ¡Me río yo de las proyecciones de los estudios de opinión, incluso de los de mi colaborador Tezanos! La semanita no ha sido lo que se dice buena. Vienen aquí parlamentarios europeos, con Monika Hohlmeier al frente, para meter las narices en Igualdad, por los catastróficos efectos de la Ley del “solo sí es sí”, y en Economía por el mal reparto de los Fondos Next Generation para así darnos un tirón de orejas. Y luego para nada, porque el Parlamento solo propone y es luego la Comisión quién dispone. Y allí tengo a mi amiga Ursula von der Leyen que seguro que no me va a fallar, por la cuenta que le tiene claro, porque luego ella va a necesitar mis votos más que yo los de Bildu, ERC y Unidas Podemos para repetir legislatura.

Pero no es eso solo, no. Primero las dimisiones sincronizadas en el ministerio de Transportes (el secretario de estado y el director de Renfe), que no me digas que no han sido equidistantes y bien trazadas. Les digo a mis ministros que insistan en este término y que no se les ocurra decir “ceses” (que es lo que de verdad han sido), que luego quieren que sigamos por Igualdad y eso es ya harina de otro costal. Y ya que hablamos de Irene Montero y sus Mariachis, tengo que decir que cada día se me indigesta más. Claro que hay que disimular porque la gente tiene que ver que aquí quien manda soy yo, pero cada pena reducida entre los violadores me cuesta un dolor. Y cada vez me resulta más difícil decir que es por las mujeres (eso ya se da por descontado para el presidente del gobierno español más feminista de la historia), sino porque hasta los míos se me están revolviendo y eso afecta mucho a mis expectativas electorales.

A este paso no sé si voy a ser capaz de aguantar mucho más allá de junio, sobre todo si se me van Asturias, Cantabria y Aragón. Y si además, le siguen Valencia y Baleares, no voy a tener más remedio que hacerlo. Aunque, eso sí, diré que es porque soy mucho más demócrata que Feijóo, que ese no se habría ido nunca. Así es que no me queda más remedio que seguir tirando de Falcon. Antes se quejaban porque lo utilizaba hasta para ir a los mítines de mi partido, pero ya se han ido acallando las voces de protesta porque saben que España me necesita. Viaje en Falcon más, Falcon menos, ya han visto que con la otra Montero, María Jesús, la de Hacienda, somos los reyes de la recaudación. Hasta sacamos más y más reduciendo IVA, que no sé por qué diablos no le hice caso antes a Feijóo, que me lo venía diciendo insistentemente. A ver si lo convenzo y pacto con él, y luego le doy una patada en el trasero.. que bien merecida se la tiene porque no hace más que retratarme en mis contradicciones.

Y la Calviño, que estaría mucho más guapa calladita.. ¡Pues no va y suelta por ahí que ella ve que la cesta de la compra está más barata! ¿Sabrá esta dónde está el supermercado más cercano a su casa? Y en el ministerio, allí en la Castellana, no hay ni uno solo porque está el metro cuadrado de los locales comerciales imposible hasta para Mercadona. Y Yolanda Díaz con su manía de no dejar quietas las reglas de juego del mercado de trabajo (ahora con lo de volver a los 45 días por año trabajado para el despido). O Echenique y Pablito Iglesias, que no paran de retarme con sus bravatas de colegiales cabreados.. y ya hasta el Barça (que es mucho más que un club) me sale con los millones a los árbitros y a los periodistas. Yo creía que a estos solo los compraba yo.

No hay más remedio que seguir tirando de chequera para contentar a los sindicatos, a los estudiantes, los pensionistas, los funcionarios, las amas de casa, las feministas, los animalistas, los médicos, los transportistas, los obreros de la construcción y algunos colectivos más por ahí, que si no se me levantan y ya no me dejan ni grabar esos vídeos tan bonitos que me están haciendo desde Moncloa. ¡No me digas que este último de los estudiantes en la biblioteca del instituto, que la cerraron solo para mí, no está la mar de bien!.

Bien pensado, no sé para qué sirven, porque los míos me van a seguir votando y los otros a seguir gritando. Bueno pero al menos me entretengo un poco y mientras José Manuel Albares me prepara otra gira dentro o fuera de Europa, me evado del día a día. ¡Ah! Y no tiene que olvidarse que tengo que ir otra vez a Marruecos para cumplimentar a Mohamed VI, que luego va y se me enfada. Y si no vuelve a Rabat, pues voy a Costa de Marfil, que allí tampoco se debe de estar nada mal. No un par de meses, como él, porque España me necesita y a la vuelta, yo solo quiero estar un poco más moreno, pero no negro, porque eso es racista y a mí no me saca nadie los colores.

Y que no vengan ahora también pájaros como el de Canarias y exdiputado de mi partido, Juan Bernardo Fuentes Curbelo, metido de hoz y coz en el caso Mediador, que hasta me ha sacado los colores con esos sobornos a empresarios y visitas a burdeles. O con la diputada independentista catalana, Miriam Nogueras, que va y aparta la bandera española de la sala de prensa del Congreso. ¡Y qué le ordeno yo ahora a Meritxel Batet (¿quién manda en el congreso, eh, quién manda?), para que no se me enfaden mis socios preferentes de la estelada! Mira que les tengo dicho que voy a despenalizar los ultrajes a la bandera, pero nada, ellos tienen que subrayar otra vez que me tienen cogido por semejante parte. ¡Que cruz!

El caso es que no me dejan en paz para mis asuntos estratégicos. Porque lo mismo le doy un día de estos algún empujón al prontuario que estoy escribiendo, un documento que quiero que también engrose mis múltiples aportaciones a la historia de este país, que un día sabrá apreciar en sus justos términos lo que ha significado mi figura en su futuro. ¡Ni Borbones, ni hostias, Pedro y solo Pedro! Lo que sí van a admirar hasta mis detractores es esta visita sorpresa que me va a llevar hasta Kiev. Soy como Biden, un líder carismático y mundial. Me lo dice mi espejito maravilloso cada mañana al levantarme: ¡Tú , Pedro, llegarás donde quieras porque eres el mejor!