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Zorros

martes 13 de febrero de 2024, 07:57h

Si un marciano aterrizase hoy sobre la "piel de toro" -en el hipotético caso de que los marcianos existan, de que puedan volar y de que hoy España siga siendo la misma nación que comenzó a ser hace más de cinco siglos-, no quiero ni pensar cómo se quedaría al constatar que más de medio país no debate sobre otra cosa que no sea la idoneidad de la canción que se ha elegido en el Benidorm Fest para representar a España en el festival de Eurovisión, y que se titula Zorra.

Y, más aún, si ese supuesto marciano acudiese al diccionario de la RAE para conocer el significado del término, aún más boquiabierto se quedaría al comprobar que el sinónimo más cercano y comúnmente usado por los hispanohablantes es el de puta o ramera, mientras que si busca el masculino del término, es decir, zorro, en vez de puto, el término cercano del vocablo adquiera milagrosamente un significado bien distinto: astuto, ladino, pícaro…Términos todos que no son, desde luego, tan despectivos y poco recomendables como los de su acepción femenina.

Es, quizás, la prueba del nueve de que nuestro lenguaje es mucho más machista de lo que creemos. Y que se deje de zarandajas nuestro presidente del gobierno echando más leña al fuego de la discusión sobre la bondad o maldad de la eurovisiva Zorra, intentando una vez más arrimar el ascua a su sardina al declarar que "A ver, sí [me gusta]. A mí me parece que el feminismo no solamente es justo si no que es divertido y por tanto, pues este tipo de provocaciones, además, tienen que venir necesariamente de la cultura". Tras ello, Sánchez apostilló: "Volviendo a la fachosfera, yo entiendo que le hubiera gustado tener 'El cara al sol' pero a mí me gustan más este tipo de canciones".

Esa interesada y divertida defensa por parte de Sánchez de la canción salida de Benidorm, no ha gustado nada, sin embargo, al feminismo clásico del PSOE representado por nombres tan icónicos como la exministra Carmen Calvo, la exdiputada socialista Ángeles Álvarez, la exnúmero dos de Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE, Elena Valenciano, o la expresidenta de Andalucía Susana Díaz, que piensan que la canción de marras “muestra escasa inteligencia”, o que representa “exaltación del sexismo, la misoginia y la banalización”, o que "A mi no me gusta que me llamen 'zorra' ni que se lo llamen a mi hija”, o “Que me llamen puta no me parece que me empodere". Y, por si estos posicionamientos no fueran suficientes, unos días después de la elección de Zorra para Eurovisión, la delegada de Igualdad de RTVE, Montserrat Boix, ha dimitido también al considerar que lo que se proclama en la canción "Ni es empoderamiento para las mujeres, ni feminismo".

Con las razones aportadas por estas cuatro mujeres socialistas clásicas (por no decir históricas…), y la delegada de Igualdad en RTVE consideramos que ya hay suficientes, sólidas y lúcidas argumentaciones contra la canción y contra el comentario del secretario general del partido del gobierno como para que no abundemos en ellas… Lo único que queda meridianamente claro es que el más interesado de que la opinión pública derive sus preocupaciones sobre este tema es, precisamente, Pedro Sánchez y su gobierno, “más vale que hablen de Zorra que de nosotros”, comentarán satisfechos.

Pero vayámonos por otros derroteros para situar al hipotético visitante marciano y contribuir así a que pueda forjarse por sí mismo un criterio ponderado al respecto. Vamos a enumerarle sólo algunos de los temas vigentes al día de la fecha que merecen, sin duda, ser objeto esencial y más que prioritario, de las preocupaciones, reflexiones y comentarios de los ciudadanos patrios frente a la canción triunfadora del Benidorm Fest, del grupo alicantino Nebulosa...

Por ejemplo, y no por orden de prelación, el clamor nacional para que Marlasca dimita tras los asesinatos de dos guardias civiles en Barbate, el curioso manto de silencio que rodea el gravísimo atentado contra el expolítico Alejo Vidal Cuadras, la investigación sobre Carles Puigdemont en la Unión Europea, con el consiguiente y paralelo descrédito de la figura de Pedro Sánchez, su gran valedor, los casos Tsunami Democràtic, los CDR y Voloh, el filibusterismo jurídico y político del Fiscal General del Estado, García Ortiz , fiel servidor de los intereses de Moncloa más que de cumplir y hacer cumplir la Ley, la errática, imprevisible e inconsistente política exterior española, el sostenido deterioro económico y social en el que estamos inmersos en los últimos ejercicios, la precariedad presupuestaria en la que se mueven las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, así como las Fuerzas Armadas, las justas reivindicaciones de los agricultores y ganaderos españoles, verdaderos paganos del ecologismo de salón que nos invade, la situación de la sanidad y de la educación públicas con la consiguiente falta de médicos de familia y profesorado en todas las comunidades autónomas y, por último y por ahora en este apresurado repaso de algunos de los principales asuntos verdaderamente medulares de nuestra sociedad, el machismo como parte del sistema político mediático, que es donde quizás podría encuadrarse la elección de Zorra, que constituye sólo una anécdota en ese maremágnum del feminismo como forma de oposición al machismo secular.

A partir de ahora, y visto lo visto y dicho lo dicho, me parece a mí que es más apropiado hablar de Zorros que de Zorra. ¿O me equivoco?

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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