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'Proyecto Homero: Ilíada/Odisea', otro maravilloso montaje de La Joven Compañía

'Proyecto Homero: Ilíada/Odisea', otro maravilloso montaje de La Joven Compañía

lunes 02 de mayo de 2016, 12:17h

Innovadora, renovadora, incluso para algunos, hasta provocadora. Puede que todos tengan un poco de razón, pero de La Joven Compañía es mucho más acertado decir que es simplemente un grupo de actores y creadores jóvenes -hoy, 60 en total, entre los 18 y los 26 años, y todos ellos con alta en la Seguridad Social, ¡que ya es raro en este ámbito del teatro!- que cuentan historias de otros sobre el escenario y que, para ello, ponen siempre “toda la carne en el asador”, cada día y en cada función, del minuto uno hasta el final, y eso se aprecia desde el otro lado del escenario, en la platea.

El 30 de abril en el teatro Conde Duque hicieron la última representación de la temporada de las dos piezas de ‘Proyecto Homero: Ilíada/Odisea’, en versiones deGuillem Clua y Alberto Conejero, respectivamente, basadas en los poemas épicos de Homero, y ambas bajo la espléndida direcciónescénica de José LuisArellano García. Era el final de todo un mes de representaciones y todas con el cartel de “no hay localidades”, y con un éxito unánime en cada función. En esa última, a la que pude asistir, levantaron al público, alcaldesa y vicealcaldesa de Madrid incluidas, Manuela Carmena y Marta Higueras. Lo mismo con ella se inaugura una nueva época en la que podemos ver con cierta frecuencia a políticos de uno y otro signo en las butacas de los teatros. Más vale tarde que nunca.

La Joven Compañía ha tenido el acierto de haber sabido construir en poco más de tres años de existencia una marca de seriedad y garantía de que cuanto hace merece la pena verse (El señor de las moscas, Hey Boy Hey Girl, Fuenteovejuna, Punk Rock, Invasión…). Con ‘Ilíada’ y ‘Odisea’ ha puesto el colofón a esa impresión. El proyecto era arriesgado y, a priori, de resultados inciertos, pero la realidad ha demostrado que cuando el trabajo es honesto y está realizado con la intensidad, la pasión y la seriedad que merece, los premios del público vienen solos. Y, en un mes de representaciones -40 en total-, han sido más de 10.000 los espectadores que han acudido a ver los dos montajes. La dramaturgia de Guillem Clua y Alberto Conejero es, sencillamente, impecable, y la concepción escénica de José Luis Arellano, genial.

El espacio escénico es sobrio y común para las dos obras (Silvia deMarta es la encargada de la escenografía y se ocupa, además, del vestuario). En él hay solo una plataforma circular en medio, y al fondo una especie de bancos corridos que conforman el ágora por donde discurren personajes y vidas deUlises, Helena de Troya, Aquiles, Penélope, Telémaco, Paris, Nausica, Casandra, Patroclo o Circe… Todos son personajes míticos creados por el griego Homero, recogidos ahora en las versiones de los dos dramaturgos españoles y puestos en pie por los mismos 15 actores, que protagonizan ambas producciones. Todos están soberbios y sería injusto señalar a alguno de ellos porque todos lo merecen: Javier Ariano, Cristina Bertol, Katia Borlado, Alejandro Chaparro, Juan Frendsa, Víctor de la Fuente, Cristina Gallego, Jota Haya, Carmen Ibeas, Samy Khalil, Jesús Lavi, Juan Carlos Pertusa, Álvaro Quintana, María Romero y Alex Villazán.

Detrás, en una gran pantalla, se van proyectando fotografías de los personajes, generalmente, estáticas, aunque en ciertos momentos cobran vida, y, otras veces, imágenes de ciudades arrasadas o en llamas. Preciosas las fotografías de escena de Javier Naval. Maravillosa la luz ideada por Juanjo Llorens. Delicadísima la música original de Josep Vila y Mariano Marín. En ‘Ilíada’, algunos hombres van vestidos con pantalón, camiseta y botas de militar negros, excepto Paris que lleva traje claro y pajarita. Ellas, con una especie de visos, algunos cortos y otros a media pierna. En ‘Odisea’, todos los personajes llevan indumentaria actual.


Dos historias, una sola épica

En ‘Ilíada’(versión de Guillem Clua), el ejército aqueo ha sitiado Troya, nueve años después del rapto de Helena por parte de Paris. La guerra parece que se acaba, pero Aquiles se retira de la batalla tras una fuerte disputa con el rey Agamenón y ese gesto cambiará la suerte de todos, sitiadores y sitiados. Y en la guerra, todos pierden: “El amor es la primera víctima de cualquier guerra”, “La lealtad es la primera víctima de cualquier guerra”, “El heroísmo es la primera víctima de cualquier guerra”, “En tiempos de guerra, lo más heroico es la piedad”… Y en medio de los horrores del conflicto, de la tensión de intereses, ambiciones y mezquindades de unos y de otros, nos quedamos con esa maravillosa escena del baile de Paris con Helena.

En ‘Odisea’ (versión de Alberto Conejero), en el espacio escénico se añade una especie de patines fijos que, una vez calzados, por los mismos hombres que acompañan a Ulises en sus travesías por el Mediterráneo, de isla en isla, sirven para crear esa atmósfera preciosa de viaje en barco, moviéndose en un vaivén constante a merced de las olas. En esta nueva aventura, 20 años después de terminada la guerra de Troya, Ulises no ha regresado a Ítaca. Allí aún le esperan su mujer, Penélope, y su hijo, Telémaco. Los hombres que se disputan el amor de Penélope son legión y la mujer ya se plantea comenzar una nueva vida con alguno de ellos. Telémaco decide entonces emprender viaje en busca de su padre y es el inicio de una doble travesía, la de Ulises y la de Telémaco, que está llena de aventuras, sirenas, cíclopes y aventuras que ya quisieran para sí los modernos superhéroes que, en su mejor versión, a lo más que pueden aspirar es a imitar a los clásicos.

Y antológico ese final lleno de poesía que Conejero da a ‘Odisea’ poniendo estas palabras en boca de Telémaco, en su despedida: “... La vida toda. / La vida toda. / Eso quiero. / Ha llegado mi turno. / Adiós, madre. / Adiós, vieja nodriza. / Adiós, Ulises, padre de Telémaco. / Adiós, Ítaca, tierra mía. / Quizá para amarte he de temer no volver a verte. / Se hace tarde. Esta amaneciendo. / He de emprender el viaje”.

Maravilloso final. Deslumbrador, que deja aturdido y lleno de emoción al espectador. Y dispuesto ya a volver nuevamente a asistir al próximo montaje de La Joven Compañía o, incluso, quizás, a repetir esta cuando, iniciada ya la nueva temporada 2016/2017 vuelva de nuevo a subir a los escenarios madrileños.



Proyecto Homero: Ilíada/Odisea
de Guillem Clua y Alberto Conejero

Dirección del proyecto: David R. Peralto

Dirección de escena: José Luis Arellano García

Intérpretes: Javier Ariano, Cristina Bertol, Katia Borlado, Alejandro Chaparro, Juan Frendsa, Víctor de la Fuente, Cristina Gallego, Jota Haya, Carmen Ibeas, Samy Khalil, Jesús Lavi, Juan Carlos Pertusa, Álvaro Quintana, María Romero y Alex Villazán.

Videoescena: Álvaro Luna y Elvira R. Zurita

Coreografías: Andoni Larrabeiti

Caracterización: Chema Noci

Dirección de producción: Olga Reguilón

La Joven Compañía

Teatro Conde Duque (Madrid)

Abril de 2016

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