Aumenta la distancia electoral: el PSOE se coloca 3,5 puntos por encima del PP

   El barómetro de julio del CIS augura malo presagios para el partido que preside Mariano Rajoy. De hecho, si sus resultados se ajustan a la realidad, el PP habría perdido una parte de la confianza que habría generado en meses anteriores, de tal manera que el Partido Socialista le aventaja en estos momentos en nada menos que 3,5 puntos, cuando hace unas fechas había una situación de ‘empate técnico’.

   El barómetro del CIS, que en esta ocasión viene con estimación de voto, señala que si hubiera elecciones ahora mismo, el PSOE de Rodríguez Zapatero obtendría el 40,5 % de los sufragios, mientras que el PP de Mariano Rajoy se situaría sólo en el 37 %. La Izquierda Unida de Gaspar Llamazares crece hasta el 6,1 %, mientras que CiU se mantendría en el 2,9 %, ERC en el 1,9 y el PNV en el 1,5 % en estimación de voto.

  Pero si observamos los resultados del CIS en cuanto a voto directo en la encuesta, la distancia entre socialistas y populares es aún mayor: nada menos que diez puntos por encima (32,8 frente al 23 %); ahora bien, IU se queda en el umbral del 4,9 %.

  El barómetro del CIS correspondiente al mes de abril, último con estimación de voto, concedía ya al PSOE una ventaja de tres puntos sobre el PP, duplicando con creces la diferencia de 1,2 puntos que se registró en la anterior encuesta, tres meses antes. Era entonces la mayor distancia entre los dos partidos mayoritarios desde julio de 2006.

  Entonces, el CIS otorgaba al PSOE una estimación de voto del 39,6 %, un punto más que en enero de 2007, mientras que al PP se le daba un 36,6 %, un punto por debajo de la estimación. Izquierda Unida parecía 'pagar' el despegue socialista, ya que bajaba del 6,5 % que se le daba en enero a los 5,6 puntos que en abril se le otorgaban. Sin embargo, las elecciones municipales y autonómicas del 27 de mayo determinaron la victoria, aunque por la mínima del PP. Una contradicción evidente.

Valoración (mala) del Gobierno

  Lo curioso de este barómetro es lo relativo a la valoración del Gobierno. Los españoles suspenden prácticamente a todo el Gobierno. Sólo se salvan con el aprobado, y por este orden, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, con una estimación de 5,36 puntos sobre 10, el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, con un 5,08 y el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, con un 5,03.

  La peor valorada es, cómo no, la anterior ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, con una valoración media del 3,73 %, tan baja como sus minipromesas de ‘minipisos’. Parece acertada, por tanto, la remodelación que Rodríguez Zapatero hizo de su Gobierno, sacando del mismo a Trujillo y colocando en su puesto a Carme Chacón.

  Todos los demás ministros, por lo menos, sobrepasan el 4 que, aunque es suspenso, se acerca más al aprobado, como el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, con una media del 4,59, o la ministra Elena Salgado, que entonces ocupaba la cartera de Sanidad y ahora la de Administraciones Públicas, con una media de 4,58. Carmen Calvo, que salió de Cultura y ahora es vicepresidenta del Congreso, tuvo una valoración de 4,33. Y encabezando la lista de los suspendidos, el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, obtiene un nada desdeñable 4,96.

   No son de extrañar estos resultados, si se tiene en cuenta la valoración que los españoles hacen de la gestión que está realizando el Gobierno del PSOE. El 29,6 % piensa que es “muy buena” o “buena”, pero el 23,5 % piensa que es “mala” o “muy mala”. Casi la mitad, el 43,3 %, se decanta por “regular”, lo cual explicaría la baja valoración de los ministros de ZP.

Valoración de líderes políticos

  Si el Gobierno no resulta muy bien valorado por los españoles, los líderes de los partidos políticos no obtienen mejor puntuación. Sólo se salva, con un aprobado raspado, el presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, con un 5,01 sobre el tope de diez.

   Curiosísima valoración del presidente, si tenemos en cuenta que a la pregunta sobre el grado de confianza que les inspira personalmente Rodríguez Zapatero la inmensa mayoría (57,4 %) responde que “poca” o “ninguna confianza”. Sólo al 39,7 % le inspira “bastante” o “mucha confianza”. Es otra contradicción más de la encuesta.

   Lo notable en este caso es el suspenso estrepitoso de la imagen del líder del PP, Mariano Rajoy, que se hunde con una valoración media de 3,81 sobre diez, muy por debajo del coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, que, aunque también suspende, obtiene una puntuación media de 4,24.

  Ese resultado parece lógico si se tiene en cuenta la valoración que, en términos generales, hacen los españoles sobre la actuación política que está realizando el PP en la oposición: sólo el 14,7 % cree que es “muy buena” o “buena”, mientras que para el 49,8 % es “mala” o “muy mala”. El 31,1 % restante se decanta por el más ambiguo “regular”.

   Además, la imagen de Rajoy resulta muy deteriorada, porque a la pregunta sobre el grado de confianza personal que inspira a la gente, nada menos que el 74,6 % no duda en responder que Rajoy les inspira “poca” o “ninguna confianza”. Sólo el 21,5 % responde que les inspira “mucha” o “bastante confianza".

  No obstante, el líder político peor valorado es el de ERC, Josep Lluis Carod-Rovira, con una media de 2,92 (sin embargo, es uno de los más conocidos, concretamente del 60.1 % de los encuestados), seguido en plan ascendente por el presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, con 3,50; el actual presidente de Canarias, Paulino Rivero, de Coalición Canaria, con una media de 3,55 (es prácticamente un desconocido, ya que lo valora sólo el 20 % de los encuestados), y el líder de UDC, Josep Antoni Durán i Lleida, con un 3,94.