Ayer martes se vivió otro lamentable episodio racista en el mundo del fútbol. Durante el partido amistoso Brasil-Túnez disputado en Francia se lanzó un plátano al terreno de juego.
Como es sabido, se suele intentar ofender a los jugadores negros con este gesto, tachándoles de manera racista de monos, y la víctima concreta fue el delantero brasileño Richarlison, cuando festejaba un gol ante la selección rival.
La Confederación Brasileña de Fútbol reaccionó ante el incidente con un comunicado de condena: "La CBF refuerza su posición de lucha contra el racismo y repudia cualquier manifestación prejuiciosa".
Además, insistió en hacer frente al frente racista de la sociedad que tanto se manifiesta en el fútbol: "Lamentablemente, tras la acción, se tiró un plátano al césped hacia Richarlison, autor del segundo gol brasileño".
En plena reinvidicación antirracista
Precisamente el partido estaba marcado por la lucha antirracista, ya que los internacionales brasileños salieron al campo con una pancarta cuyo lema era "sin los jugadores negros no tendríamos estrellas en nuestra camiseta", en referencia a que los grandes logros en Mundiales de fútbol ha sido gracias a afrodescendientes como Pelé, Ronaldo, Bebeto, Romario, Tostão, Ronaldinho, Garrincha...
Actualmente sus estrellas son casi todos de orígenes africanos: Neymar, Vinicius, Rapinha, Richarlison, Casemiro, Fred, Fabinho, Gabriel Jesus...
Este nuevo incidente racista coincide con la lucha particular que inició hace unas semanas el madridista Vinicius al querer celebrar sus goles con un baile que él definió de orígenes africanos, y que también repiten otros de sus compatriotas como Neymar, entre otros.
Su reivindicación terminó generando una oleada de condenas al racismo en los estadios y en el derbi madrileño entre el Real y el Atlético hubo gritos contra él de tinte racista, los cuales la Fiscalía ya está investigando. El Atlético incluso expulsó del club a los responsables que eran también socios.
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