Tras varios reveses esta temporada en los Clásicos, el Real Madrid por fin pudo resarcirse y ajustar las cuentas con el Barça para, además, clasificarse a la final de la Copa del Rey
Los blancos se impusieron por un contundente 0-4 en el Camp Nou con un hat-trick de Benzema y un partidazo de Vinicius, quien también se resarció de los últimos malos partidos contra el gran rival.
Fue un Clásico que pudo cambiar el sentido de los últimos duelos, siempre favorables a los culés, como en Liga o la Supercopa de España, además del partido de ida de estas semifinales de Copa (0-1 en el Bernabéu).
A 12 puntos en Liga, pocos pueden entender esta gran diferencia entre ambos con el partido que hizo el Madrid la noche del miércoles, mostrándose muy superior a los culés en todas las facetas, sobre todo la psicológica.
El hat-trick de Benzema también fue significativo porque suponía superar la mala racha goleadora con otros 3 tantos, como los logrados el pasado domingo ante el Valladolid. El francés llega al tramo decisivo de la temporada con la pólvora a tope, como necesitaba su equipo.
El planteamiento de Xavi no fue malo. De hecho, la primera parte, igualada hasta el último suspiro, parecía que otra vez nos dejaría una victoria culé o al menos un empate que clasificaría al conjunto azulgrana a la final de Copa junto al Osasuna, el otro finalista.
Pero a veces este deporte es cruel, y justo cuando casi ambos equipos se marchaban a vestuarios para el descanso, el Madrid mordía en una contra tras casi marcar el Barça. Ésta es la belleza del fútbol. Del 1-0 que salvaba Courtois prodigiosamente a un ataque perfectamente conducido por Vinicius, que sentenciaba entre él y Benzema.
Segunda parte de goleada
Los madridistas salieron al segundo tiempo sin ningún tipo de contemplación para especular con el resultado a favor. Además, sólo forzaban así la prórroga, igualando el 0-1 en contra de la ida.
Tan sólo 5 minutos después llegaba el 0-2, y a partir de ahí una posible goleada que hubiera marcado época, porque el Barça estaba muerto y pudo ser víctima de más de 5 goles fácilmente.
De hecho Ter Stegen sacó a Benzema y Asensio 2 tantos claros que hubiera dejado, al menos, un marcador de 0-6... o más. Y capítulo aparte para la polémica. El árbitro, Martínez Munuera, estuvo casi perfecto, sabiendo lidiar con la tensión y aunque sacó muchas tarjetas, no tuvo más remedio que hacerlo. El penalti señalado, en la segunda mitad, de Kessié sobre Vinicius, tampoco ofrecía dudas.
Hubo un momento, en la primera parte, que parecía que más que un partido de fútbol era una guerra y que se acabaría la noche con varios expulsados. La pelea entre Gavi y Vinicius, que también tenían cuentas pendientes, presagiaba una tensa velada.
Se acababa así el ciclo ganador del Barça en los Clásicos, donde había sacado de quicio a los blancos, quienes ahora disputarán su final número 40 de la Copa del Rey ante el Osasuna, en Sevilla, justo dentro del un mes, el 6 de mayo. Será el regreso a esta final del Madrid 9 años después. Y Ancelotti, además, salvaba un matchball. Sin Copa y Liga, sólo le hubiera quedado la bala de la Champions para evitar su despido al final de temporada.
Si (
No(
