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Uno de los naturales de Ginés Marín al sexto toro del que cortó una oreja,
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Uno de los naturales de Ginés Marín al sexto toro del que cortó una oreja,

San Isidro: orejas sin emoción para Ginés Marín y Diego Ventura ante toros sin emoción

sábado 13 de mayo de 2023, 22:39h
Nunca es tarde si la dicha del trofeo es buena o medio buena. Lo que aconteció en la cuarta del ciclo isidril, ya que tras una primera parte insulsa y de electroencefalograma plano, más por culpa de los blandísimos y nobilísimos bicornes con los que era imposible emocionar, que de sus matadores. Después el festejo se vino un poco arriba en cuanto a premios. Porque los bureles lidiados en cuarto y sexto lugar, sin ser una maravilla de fuerza si poseían en medianas dosis el don de la codicia. Frente a ellos, el indiscutible mandamás del toreo a caballo, Diego Ventura, y uno de los pocos coletudos jóvenes que intentan el buen toreo, Ginés Marín, supieron aprovecharlos para cortar sendas orejas. Nada pudo aprovechar Paco Ureña con el peor lote.
Dicho y escrito queda que de los dos toros de Moura, para rejoneo sólo se salvó el segundo. Con él sin alcanzar su máximo nivel volvió a brillar el hispano portugués, quien sin olvidar los gestos para la galería, aplicó ortodoxia y lucimiento con un animal que al principio salía suelto pero al que con sus increíbles caballos a guisa de muleta fue encelando con templanza y técnica. Una vez logrado brilló a dos pistas y sobre todo con las banderillas a una y dos manos y las rosas siempre citando de frente y clavando al estribo. Tras un pinchazo dejó un rejón de muerte y se llevó el premio de una oreja con toda justicia. Mucho menos le había permitido el que abrió función que se fue apagando poco a poco sin buscar pelea.

También echó el trofeo en su esportón Ginés Marín con el último de la tarde. Un bicho justo de fuerza pero que salió pidiendo guerra con el capote, por lo que el extremeño antes del lucimiento buscó domeñarlo e irse haciendo con él. Con más brío hubiera sido un animal exigente y codicioso, pero aunque acudía con fijeza a la sarga también besaba la arena de vez en cuando y echaba la carota arriba. No le importó a Marín, quien, ya en labor de enfermero, fue capaz de alborear series por los dos pitones taraceadas con variedad de adornos e incluso con algunos pases mirando al tendido, que a falta de otras emociones enfervorizaron al cotarro. Y como broche final, una gran estocada marcando muy bien los tiempos del volapié que y en sí casi valía para el trofeo.

También este joven coletudo, que utiliza unos engaños pequeños -posiblemente el único del escalafón- lo había intentado con el anterior una birria que en ningún momento estuvo por la labor de embestir. Lo mismo que le ocurrió a Paco Ureña con su lote, aunque al menos el primero sí le permitió unas verónicas de mucha belleza, un quite por gaoneras respondido con chicuelinas por Marín y después algún pase suelto con la muleta hasta que se acabó.

FICHA

Toros para rejoneo de GUIOMAR CORTÉS DE MOURA, reglamentariamente despuntados y bien presentados: 1º manso y 4º manejable. Cuatro de MONTALVO, con trapío, muy justos de fuerzas y nobles, con 6º encastado. El rejoneador DIEGO VENTURA: ovación; oreja. PACO UREÑA: palmas; silencio. GINÉS MARÍN. Silencio; oreja tras aviso. Plaza de Las Ventas, 13 de mayo, 4ª de Feria. Lleno ( 22.342 espectadores, según la empresa).
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