Las negociaciones comerciales, los datos de inflación en Estados Unidos y el repunte de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio han centrado la atención de los mercados en los últimos días. En este contexto, el dólar registró una fuerte depreciación frente a sus principales contrapartidas, marcando mínimos de tres años frente al euro.
Al dato positivo del IPC publicado el martes, se sumaron ayer cifras mejores de lo esperado del índice de precios al productor (IPP), que en mayo registró un avance mensual del 0,1 %, una décima por debajo de lo previsto, mientras que la variación interanual se mantuvo en el 2,6 %. A este comportamiento moderado de los precios se añadió que las solicitudes semanales de subsidio por desempleo se mantuvieron en máximos de ocho meses, lo que sugiere una pérdida de impulso en el mercado laboral estadounidense. Este entorno ha reforzado las expectativas de que la FED podría implementar hasta dos recortes de tipos en la segunda mitad del año, aunque a corto plazo la atención se centra en la reunión de la próxima semana. En esta reunión no se espera un ajuste en los tipos, y tanto el comunicado como la comparecencia de su presidente serán claves para calibrar el sesgo futuro de la política monetaria.
En Europa, el Banco Central Europeo mantiene un tono de cautela. Ayer, un miembro del Consejo de Gobierno advirtió que se requieren más evidencias que confirmen una convergencia sostenida de la inflación hacia el objetivo del 2 %. Si bien no se descartan nuevos recortes, enfatizó la importancia de evitar un relajamiento prematuro de las condiciones financieras.
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