La zona euro quiere prepararse para una potencial próxima crisis y el Eurogrupo parece haber comenzado a dar los primeros pasos. Ayer, los ministros de Finanzas de la UE acordaron otorgar nuevas responsabilidades al fondo de rescate de la zona euro, el MEDE, para reforzar más las capacidades de prevención y resolución de crisis en la eurozona. Sin embargo, dos temas claves, como son el presupuesto para la zona euro y un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés) para asegurar todos los depósitos bancarios de la zona euro, son demasiado polémicos y se seguirá trabajando en ellos. Las negociaciones están sembradas de dificultades políticas y, en el caso del sistema de garantía de depósitos, de desconfianza entre los países. En relación al MEDE, los ministros acordaron que el fondo prestará al fondo de resolución bancaria (SRF, por sus siglas en inglés) en el caso de que todos sus recursos se agotasen en una situación de emergencia. Los préstamos del MEDE estarían disponibles a partir de 2024. También se permitirá que preste a un Gobierno de la zona euro que lleve a cabo políticas sólidas, pero que se haya visto afectado por un impacto económico ajeno a su responsabilidad. Ahora bien, el Gobierno no podrá incumplir ninguna norma presupuestaria de la UE, deberá tener una deuda sostenible y una economía sin desequilibrios. En la relación a la deuda, el Eurogrupo ha acordado nuevas reglas que facilitarán la reestructuración de la deuda pública en los países del bloque que se pondrán en marcha para el año 2022. Aquí el MEDE también podrá jugar un papel, facilitando el diálogo entre sus miembros e inversores privados.