La primera ministra británica defendió ayer su plan económico afirmando que está dispuesta a tomar medidas "controvertidas" para reactivar el crecimiento y que no dará marcha atrás a pesar de las turbulencias. Tras casi una semana de silencio desde la presentación del plan fiscal, ayer señaló en la BBC que “nos enfrentamos a tiempos económicos difíciles. No lo niego. Es un problema global. Pero lo que es absolutamente correcto es que el Gobierno del Reino Unido ha intervenido y actuado en este momento difícil".
En los últimos días han surgido críticas al plan fiscal y tensiones en los mercados, lo que ha llevado al Banco de Inglaterra a intervenir en los mercados de bonos y frenar la deprecación de la libra. El ministro del Tesoro del Reino Unido rechaza la preocupación del FMI por el plan fiscal y dijo que no estaba de acuerdo con las preocupaciones planteadas por el FMI sobre el presupuesto como consecuencia de la reducción de impuestos y dijo que el Gobierno seguirá con el plan de realizar un anuncio fiscal más completo el 23 de noviembre, cuando expondrá más detalles sobre cómo reducirá la deuda. La pregunta de los mercados es si el Banco de Inglaterra seguirá interviniendo y hasta cuándo.
A nivel más global, el presidente del Banco Mundial advirtió del riesgo de estanflación al que se enfrenta Europa, ya que podrían pasar años hasta que se diversifique la dependencia energética de Rusia. En un discurso en la Universidad de Stanford dijo que había una mayor probabilidad de recesión en Europa, mientras que el crecimiento de China se estaba desacelerando bruscamente y la producción económica de Estados Unidos se había contraído en la primera mitad del año.
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