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Ismael Martín se dirige a la enfermería con gesto de dolor tras el golpe que le propinó su primer novillo.
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Ismael Martín se dirige a la enfermería con gesto de dolor tras el golpe que le propinó su primer novillo. (Foto: Plaza1)

Feria de Otoño: Lesión de Martín ante una novillada de Guadaira que pedía mejor toreo

domingo 01 de octubre de 2023, 22:06h
No es que fuera para tirar cohetes ni rendirle pleitesía. Pero el desigual encierro de Guadaira, noblote y manejable aunque con poca fuerza en general y que no provocó emoción, tuvo ejemplares que merecían no sólo mejor lidia artística, sino también mayor entrega y pasión por parte de los dos coletudos a los que les correspondieron. ¿Estuvieron mal Álvaro Burdiel y Alejandro Peñaranda, ya con varios paseíllos en esta plaza? No, pero en un escalafón cada día más difícil, hay que salir a revientacalderas en Madrid, tener más ambición y no limitarse a detalles, a faenas pulcras cuando sus enemigos les ofrecen otra opción. Más entrega y rabia le echó el debutante Ismael Martín ante el bicorne más complicado que al descabellar le envió a la enfermería con un fuerte golpe en el hombro derecho que le impidió salir a matar el segundo de su lote.

El burel más encastado le tocó al manchego Peñaranda, formado en la Escuela de Albacete y reciente triunfador de las novilladas nocturnas de Las Ventas, por lo que se ganó actuar en el ciclo de Otoño. Fue su primero, que además ofreció el cada vez por desgracia el más insólito espectáculo de arrancarse de lejos en dos ocasiones al caballo, aunque luego no se empleara mucho en e penco.

Sí lo hizo con la muleta, que le ofreció el coletudo con temple y ligazón en cortas series en un palmo de terreno, mejor al natural, pero sin llegar a romperse, sin calar en demasía en el cotarro. De ahí que la petición fuera insuficiente para la oreja. De similar guisa se comportó el manchego en el otro, de menor codicia pero que también pedía más arrebato, menos frialdad, sin pasar de aseado, por lo que ya el público pasó de él.

Otro espada que sabe torear con atisbos de clasicismo y clase es Burdiel, que actuó de parigual forma en los tres que mató. El sevillano tiene buen corte pero le falta también ir más allá de la pulcritud, echarle más pasión, más alma. De ahí que sólo conectara con los espectadores en el cuarto, pero no lo suficiente para lograr mayoría de pañuelos. Eso sí, al menos él y Peñaranda compitieron en quites y alborearon varios ramilletes de gustosas verónicas.

Casi inédito quedó Martín, al que le tocó el novillo con mayores complicaciones, con mucha movilidad y exigencia, que aunque le desbordó a veces, nunca se arredró a pesar de sufrir tres volteretas. Y su labor con la franela se siguió con la emoción de un bicorne no tan dócil como sus hermanos. A la hora del descabello, el animal echó la cara arriba y le golpeó en el hombro mandándolo a la enfermería, siendo Burdiel el qu emató con el verduguillo al animal. Habrá que repetir de nuevo a Martín.

FICHA

Novillos de GUADAIRA, muy justos de presencia, con los tres primeros chicos. Mansotes en los caballos, flojos y manejables, con 2º, encastado. ÁLVARO BURDIEL: silencio; ovación; palmas. ÁLEJANDRO PEÑARANDA: ovación tras aviso; silencio. ISMAEL MARTÍN: ovación al ingresar en la enfermería donde fue atendido de una luxación anteroinferior glenohumeral derecha, que le impedía continuar la lidia’, de pronóstico reservado. Plaza de Las Ventas, 1 de octubre, 2º festejo de la Feria de Otoño. Algo más de media entrada (14.169 espectadores, según la empresa).

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