Joan Carreras pone al público en pie tras un original monólogo

La obra parte del montaje de la tragedia del rey Ricardo III de Shakespeare, duque de Gloucester, quien fue acusado de asesinar a su familia y practicar todo tipo de maldades. Paralelamente se habla del oficio del actor, en este caso un tipo engreído, desconfiado y hosco, que despotrica sobre sus compañeros en el escenario, así como del director, tramoyistas, y todo el tinglado teatral. Además, se ve capaz de llevar a escena él sólo, la obra del autor inglés. Joan Carreras, que tiene el personaje más que trillado, suda de lo lindo en la hora y diez minutos de espectáculo (sin más compañía en escena), y borda una interpretación llena de ironía, guiños con el público al que interpela, aunque sea indirectamente, con una mezcla de ambigüedad y despotismo.

La obra gira en torno a los mecanismos de poder, cuya ansia muestra lo peor del ser humano, como el deseo y el resentimiento. El actor al que da vida Carreras se desdobla en tres personajes femeninos: la vieja reina Margarita; “Lady Avenue” (viuda del Príncipe de Gales), y la Duquesa de York (madre de Ricardo). La escenografía evoca la tramoya teatral (no en vano fue Premio MAX), además de al mejor actor.

El personaje de Ricard lleva toda la vida haciendo papeles secundarios, y piensa sin falsas modestias, que merece esta oportunidad: interpretar a Ricardo III. Cree además, que el resto del elenco no está a la altura, y no se muestra de acuerdo con el director (que acaba abandonando el barco)...Desdeña la figura del productor (en este caso unas chicas que sólo buscan la subvención), y durante la construcción del personaje, se establece una simbiosis cada vez más estrecha entre el actor y el monarca inglés. Son ambos ambiciosos e inteligentes...En un momento de la obra, el actor dice “ganaré todos los premios, saldré en las revistas, y seré el orgullo de mi familia y mi país! “.“Historias d ¨un senglar”gira alrededor de los mecanismos del poder contemporáneos, el deseo y el resentimiento, y propone una reflexión sobre los límites de la ambición humana.

Título

El título de la obra y el término senglar (jabalí en español) pretende hacer una analogía entre ese animal (que para los humanos es mezcla de cerdo y rata, en suma fuerza, y a la vez suciedad), y Ricardo III. Es un personaje de moral dudosa. El texto está lleno de matices que obliga a muchos registros de este gran actor, que ha ganado el Premios Max, el de la Crítica y el Butxaca (estos dos últimos, en Barcelona). El texto de Shakesperare sigue vigente, según señaló en la rueda de prensa Joan Carreras, porque “ sus personajes están llenos de contradicciones, y eso forma parte de nuestra naturaleza...”.

Ese “y algo de Ricardo”, que irónicamente reza en el título del espectáculo, responde para su director Gabriel Calderón a que “Ricardo III es la historia de un animal: animal político, teatral y humano”. El dramaturgo ha situado este clásico en la época contemporánea para que así “entre mejor al público”...En el teatro y el mundo del espectáculo en general (como en otros órdenes de la vida) estamos mediatizados por la ambición de ser los primeros, alcanzar el poder, a veces de forma brutal y salvaje…

“Historia d¨un senglar” (y otras cosas de Ricard)” permanecerá en la Sala Villarroel hasta el domingo 1 de Octubre, en funciones de martes a domingo a las 20h, siendo el día festivo a las 17.30.