La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha terminado este viernes la emergencia internacional por la pandemia de COVID-19, que estaba en activo desde el 30 de enero de 2020, ante la notable reducción de casos graves y fallecimientos a nivel global.
La decisión ha sido comunicada por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, después de que este jueves se juntara el comité de emergencia del organismo para calibrar la actual situación de la pandemia, que desde enero de 2020 ha afectado al menos a 765 millones de personas y ha causado la muerte de unos 20 millones.
"Es un momento de celebración, logrado tras el incasable trabajo de millones de sanitarios, de mucha innovación e investigación, de difíciles decisiones tomadas por los gobiernos y de sacrificios que todos hemos tenido que hacer", ha indicado Tedros al hacer balance de 1.221 días bajo emergencia sanitaria. "También es un momento para la reflexión, pues las cicatrices que nos han quedado deben servir de permanente recuerdo sobre el riesgo de que nuevos virus emerjan con devastadoras consecuencias", ha señalado.
Sigue siendo "una amenaza"
El experto etíope ha alertado de que el levantamiento de la emergencia internacional "no significa que la COVID haya dejado de ser una amenaza", volviendo a recordar que todavía causa una muerte en el mundo cada tres minutos mientras "miles de personas siguen luchando por su vida en unidades de cuidados intensivos" y otras sufren los síntomas postcovid.
El comité de la OMS "desarrollará recomendaciones de largo plazo para que los países puedan seguir gestionando la respuesta a la enfermedad", en un momento en que las redes sanitarias deben pasar del estado de emergencia a uno en el que se trate a la covid de forma similar a otras enfermedades infecciosas.
En la anterior reunión que buscó la posibilidad de levantar la emergencia internacional, celebrada a finales de enero, se decidió mantener la emergencia internacional al considerar que la covid continuaba siendo "una enfermedad infecciosa peligrosa", con potencial aún para causar daños considerables a la salud de las personas y a los sistemas de sanidad de los países.
Desde ese momento, la cifra de contagios de COVID y muertes reportadas se ha reducido a nivel global: en la última semana de abril, la OMS confirmó 630.000 casos en el mundo y 3.500 muertes, cuando en enero todavía se superaban los 1,3 millones de positivos y los 14.000 fallecidos, en parte a causa de la última ola en China.
"La COVID-19 ha sido mucho más que una crisis sanitaria: ha causado caos económico, restando billones del PIB, afectando a los viajes y al comercio, golpeando negocios y arrastrando a millones a la pobreza", ha dicho Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha resaltado que, además, "ha dividido a las naciones, y ha socavado la confianza de las poblaciones hacia sus gobiernos y hacia las instituciones, en medio de grandes flujos de desinformación".
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