Martyn Latchman, un profesor británico de 38 años, ha fallecido en Turquía tras someterse a un trasplante capilar en una conocida clínica de Estambul. Una muerte que ha conmocionado y ha vuelto a poner de manifiesto el riesgo del turismo sanitario o estético que tanto auge tiene en el país en los últimos años.
El injerto capilar de Latchman costaba 1.750 euros, pero por desgracia le ha salido mucho más caro. Según han desvelado, todo ocurrió en la clínica privada Dr. Cinik Hospital en Besiktas, Estambul.
La operación tuvo lugar el pasado 28 de julio y duró 5 horas, pero poco después de la intervención empezó a presentar complicaciones y finalmente ha acabado muriendo.
Varias visitas a la clínica
Según ha informado 'Euronews', esta no era la primera vez que Latchman viajó a Turquía. Ya lo hizo en 2024 ya que el tratamiento por el que ha fallecido constaba de 2 fases.
La primera fase la completó con éxito el año pasado y la segunda constaba de esta intervención que ya no logró superar.
El doctor Cinik publicó un comunicado tras hacerse pública la muerte asegurando que el paciente se realizó un reconocimiento médico que dio luz verde a la intervención, pero que "por causas desconocidas" comenzó a encontrarse mal.
Ha señalado que rápidamente se le prestó atención médica y le trataron de forma intensiva, pero a las pocas horas falleció.
Investigación en curso
Las autoridades de Estambul están investigando la muerte por un posible homicidio imprudente, aunque de momento no hay ninguna acusación formal.
Es una de las clínicas más conocidas y prestigiosas en Estambul para este tipo de procedimientos, pues con el tratamiento de varios futbolistas y personas famosas se ha ganado un gran prestigio a nivel internacional.
El centro se fundó en 2019 y desde entonces ha llevado a cabo más de 70.000 trasplantes capilares.
El caso de este profesor británico no es único, pues en Turquía ya han muerto o quedado con complicaciones graves varias personas por someterse a tratamientos estéticos.
Y es que este tipo de intervenciones son mucho más baratas en dicho país que en Europa o Estados Unidos, aunque en ocasiones los medios son cuestionables y los profesionales carecen de la titulación necesaria.