El magnate tecnológico Elon Musk ha asegurado que planea recortar significativamente el gasto político y se ha comprometido como consejero delegado de Tesla otros 5 años con el objetivo de abordar las preocupaciones sobre el equilibrio de su papel en el fabricante de automóviles con su participación en la administración en el gobierno de Donald Trump.
Musk fue el mayor donante de la campaña del republicano hacia la Casa Blanca con 250.000 dólares. Además, se hizo cargo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), del que también planea dar un paso al lado próximamente.
"En términos de gasto político, voy a hacer mucho menos en el futuro. Creo que ya he hecho suficiente", ha indicado Musk este martes en un foro económico en Qatar, donde ha denunciado que a raíz de su alianza con Trump ha sido víctima de una "violencia masiva", tanto por las campañas contra sus empresas -principalmente Tesla- y otros actos de vandalismo como incendios a coches de la marca.
"No soy alguien que haya cometido violencia y, sin embargo, se cometió violencia masiva contra mis empresas, se amenazó con violencia masiva contra mí (...) Así que hay que hacer algo al respecto. Y varios de ellos irán a la cárcel y se lo merecen", ha segurado el empresario, que fue ovacionado por el público en la capital qatarí.
En este sentido, afirmó que "está bien oponerse a cuestiones políticas, pero no está bien recurrir a la violencia", al tiempo que reconoció que se tomó como algo personal las acciones contra Tesla que han tenido lugar en lo que va de 2025.
Se mantendrá al frente de Tesla 5 años más
Preguntado sobre si planeaba quedarse como consejero delegado de la empresa de automóviles, dijo que no había duda y aseguró que se ve como CEO de la empresa durante los próximos 5 años, aunque advirtió con sorna de que "podría morir", en referencia a las informaciones publicadas por medios estadounidenses de que la compañía estaría buscando un sucesor al magnate por su participación en la política.
Precisamente, las ventas de Tesla en Europa cayeron significativamente en los últimos meses, algo que el empresario justificó diciendo que el Viejo Continente es su "mercado más débil", pero que la compañía automovilística "es fuerte en el resto del mundo", algo que "el mercado de valores reconoce", porque su capitalización bursátil supera el billón de dólares, según Musk.
Sobre su compañía espacial SpaceX, el magnate apuntó que no cree que entre en el negocio armamentístico, puesto que "no es una aspiración" de esta empresa, dedicada a construir cohetes, satélites y terminales de Internet.