Nueva jugada de Rusia en esta 'guerra fría del gas' que lleva ejecutando desde hace meses, cuando las potencias occidentales reaccionaron con sanciones a la invasión de Ucrania.
En esta ocasión, el país presidido por Vladimir Putin ha suspendido el bombeo de gas que suministra a Alemania desde ayer viernes por la tarde-noche a través del gaseoducto Nord Stream 1.
Asegura que lo hará "hasta nuevo aviso" y alega una "reparación", de las que tanto se están justificando en las últimas semanas para realizar cortes.
Según Gazprom, la empresa estatal rusa que suministra el gas, la avería se debe a "una fuga de aceite" detectada durante las labores de mantenimiento de la que es, ahora, la única estación en funcionamiento.
La compañía, a través de sus perfiles en redes sociales, ha explicado: "Hasta que no se elimine el fallo en el funcionamiento de los equipos, el tránsito de gas por el gasoducto Nord Stream queda completamente suspendido".
Decisión del G-7
Esta incidencia llega justo cuando este fin de semana iba a retomar el suministro de gas a Europa a través del Nord Stream 1, el cual ya estaba funcionando a un bajo rendimiento.
Justo ayer viernes los ministros de Finanzas del G-7 habían decidido imponer un tope a los precios del petróleo ruso, de forma "urgente". Algo que había molestado en pocos minutos a Rusia, en cuanto conoció esta postura del grupo que le expulsó de su seno (antes era G-8).
El Consejo de Seguridad ruso ya avisado de que "no habrá gas ruso" en Europa si la UE fija un tope al precio del petróleo. Además, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también propone un tope al precio del gas ruso.
El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, aseguraba que "Rusia no suministrará recursos energéticos a los países que la apoyen", en alusión a la medida del tope al precio del petróleo.
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