Muntazer al Zaidi, de 29 años, periodista del canal de televisión iraquí Al Bagdadia, compareció ante un juez de instrucción que consideró que "fue cooperativo", precisó uno de los hermanos de Muntazer, Durgham.
"He ido con mis dos hermanos, Maitham y Udai, a la 'zona verde'", sector ultraprotegido de Bagdad "donde tuvo lugar la audiencia" pero no pudo ver a su hermano detenido, precisó Durgham al Zaidi.
"El juez lo interrogó y luego nos dijo que nuestro hermano había cooperado", agregó Durgham, quien la víspera afirmó que su hermano había sido hospitalizado en la 'zona verde' con un brazo quebrado y costillas rotas.
El miércoles dijo que no sabía dónde se encontraba su hermano exactamente y que tampoco tenía otras informaciones sobre su estado de salud.
Según el Código Penal iraquí, el periodista que agredió a Bush podría ser condenado a siete años de cárcel por "ofender a un jefe de Estado extranjero".
Antes, uno de sus colegas había dicho que el periodista había pedido "al canal (Al Bagdadia) que enviara los tres abogados iraquíes encargados de defenderlo".
La noche del domingo, en plena rueda de prensa en Bagdad, Muntazer al Zaidi se convirtió para muchos en una estrella del mundo árabe, tras lanzar sus dos zapatos al presidente Bush, que efectuaba una visita sorpresa a Irak, y le gritó: "Este es el beso del adiós, perro".
El periodista fue controlado por sus colegas, e inmediatamente detenido y sacado del lugar por los servicios de seguridad iraquíes, mientras gritaba a Bush: "Usted es responsable de la muerte de miles de iraquíes".
Manchas de sangre podían verse luego en el lugar donde fue detenido por los agentes de seguridad, constató un periodista.
Según su hermano, Muntazar estaba dando vueltas a esa idea desde hacía tiempo para protestar contra la invasión estadounidense en Irak.
Durgham acusó a los servicios de seguridad iraquíes de golpear a su hermano.
El miércoles, para evitar que se repitieran incidentes similares, se adoptaron medidas de seguridad excepcionales en una rueda de prensa del primer ministro británico, Gordon Brown, en la capital iraquí. Se aumentó la cantidad de guardias y se puso en marcha un sistema de acreditaciones.
Sin embargo, en declaraciones al canal estadounidense CNN, Bush pidió que las autoridades iraquíes no sean "muy severas" con Zaidi.
"No sé qué harán" las autoridades iraquíes, pero "no deben ser muy severas", afirmó Bush, antes de admitir que lo ocurrido el domingo "ha sido uno de los momentos más extraños" de sus ocho años de presidencia, que concluirán en enero.
En París, la organización Reporteros Sin Fronteros (RSF) pidió la liberación de Zaidi "por razones humanitarias y para apaciguar las tensiones".
En Irak, el incidente se convirtió en el principal tema de conversación. Y el líder chiita Moqtada Sadr dijo que Zaidi es un "héroe". El comité de los ulemas sunitas musulmanes lo calificaron de "icono de la resistencia contra la ocupación".