El Ibex 35 sigue intratable y ha vuelto a dar un golpe de autoridad sobre el parqué, al conquistar con solvencia nuevos máximos anuales y acercarse al nivel de los 10.000 puntos, una marca que no se veía al cierre desde el 8 de octubre del año pasado.
La confluencia de buenos datos macro en Estados Unidos y mejores resultados empresariales ha dado sus frutos, poniendo a los selectivos en el buen camino y facilitando el cuarto cierre alcista del Ibex 35. Pero la noticia del día ha estado en el fuerte desplome de Zeltia –bajó el 34,65%- tras el rechazo en Estados Unidos a su fármaco estrella Yondelis.
Y es que la farmacéutica gallega se ha desplomado un 34,65%, la mayor caída de su historia y con un volumen estratosférico de 25,6 millones de acciones, cuando su media de las últimas 60 sesiones apenas si supera el millón de títulos. El hundimiento se ha producido tras conocerse que la FDA ha emitido una opinión desfavorable -por catorces votas en contra y uno a favor- sobre el uso de Yondelis combinado con Doxil para el tratamiento de cáncer de ovario.
El mercado no ha tenido piedad, y los expertos especulan ya con que la aprobación definitiva –que debería ser en septiembre- puede que nunca llegue, lo que podría forzar a una ampliación de capital para que Zeltia siguiese financiando sus investigaciones.
Tras una apertura excesivamente volátil, en la que el indicador español se ha instalado en la montaña rusa, los inversores han ido templando los nervios y poco después de la media sesión han llegado las cuentas de JP Morgan para terminar de apuntalar la subida.
El banco se ha exhibido, mostrando un aumento del 36% en el beneficio, hasta los 2.700 millones de dólares. En términos de beneficio por acción, ganó 28 centavos frente a los cinco esperados por los expertos. Todo un espaldarazo para el sistema financiero de la primera economía del mundo.
Antes de que la entidad americana se confesara con el mundo, el fabricante finlandés de teléfonos móviles Nokia presentó unos resultados malos y por debajo del consenso de mercado. Su beneficio hasta junio se desplomó un 78,4% y las ventas bajaron el 24,6% en medio de previsiones de caída del 10% en el mercado mundial de telefonía móvil. Además, Sony Ericsson perdió 213 millones de euros en el segundo trimestre y su facturación se desplomó el 40%. Las cuentas de ambos operadores han sido casi para llorar, pero coincidieron en el tiempo con las de JP Morgan, por lo que el mercado –otras veces muy atento- no se ha puesto nervioso. Eso sí, el fabricante finlandés se ha llevado un castigo del 14%.
Tras la batería de datos empresariales, con sus luces y sus sombras, el mercado esperaba el dato de peticiones semanales de subsidio por desempleo en Estados Unidos. Esta variable es ahora clave para los inversores, que tratan de cuantificar el deterioro real del mercado laboral.
Y lo cierto es que salió bastante mejor de lo esperado -522.000 peticiones frente a una previsión de 552.000- aunque la lectura del indicador de negocios de la FED de Filadelfia sufrió un fuerte retroceso, hasta -7,5 puntos frente a la caída prevista de 4,5 puntos. Además, la financiera CIT se desplomaba un 75% tras conocerse que su bancarrota es inminente, al cesar las negociaciones para recibir ayuda estatal.
Con estos ingredientes, el Ibex se ha movido siempre por encima de los 10.000 puntos hasta que los perdió en la subasta. Pese a todo, ha certificado unos nuevos máximos anuales, gracias al apoyo de Mapfre, Popular, BME, OHL, Gamesa, Inditex, Banesto y BBVA, los mejores valores de la sesión. Entre los grandes, Iberdrola y Repsol han mostrado el tono más discreto, y por la parte baja, la peor parte se la ha llevado REE, con caídas con torno al 0,5%. Dentro del Euro Stoxx 50, Nokia se ha desplomado el 14%, mientras que Societé Generalé e ING han rebotado el 4%.
Y en los otros mercados, poco movimiento; el tipo de cambio euro/dólar ha quedado sobre las 1,4109 unidades, mientras que el petróleo Brent ha marcado precios de 62,90 dólares por barril. Además, la rentabilidad del bono alemán a diez años es del 3,338%.