"El espacio que tengamos para pescar, hay que pescar", recalcó la vicepresidenta, que consideró que es "bastante poco comprensible" que las capturas españolas se devuelvan al mar, mientras las francesas pueden ser comercializadas. "Han pescado los franceses y lo hemos comprado nosotros", dijo, refiriéndose a algunas informaciones que apuntan a que 7.000 kilos de anchoa capturados por los franceses han sido comprados para su transformación en Cantabria.
Gorostiaga justificó su postura apuntando a lo "fundamental" del sector conservero en la región, por lo que supone de creación de empleo, especialmente femenino en la zona oriental de Cantabria, y por ello consideró que "sería conveniente" que se repensara "qué va a pasar".
"Es decir, si queremos seguir vendiendo anchoa de marca Cantabria y de calidad Cantabria tendremos que tener anchoas del cantábrico", señaló, mostrándose partidaria también de redactar un plan especial de la anchoa que contemple, entre otras cosas, un acuerdo con el Ministerio de Trabajo para que "si se produjeran reconversiones", durante el tiempo que pase hasta que ese plan se ponga en marcha, las trabajadoras del sector estén protegidas "en sus derechos sociales y laborales".