OPINIÓN/Víctor Gijón
Asesinos en las carreteras
jueves 16 de agosto de 2007, 12:33h
Llevamos sesenta muertos por accidentes de tráfico en lo que va del mes de agosto. Pero no hay gabinete de crisis ni Rajoy ni Acebes han suspendido sus vacaciones para exigir responsabilidades al gobierno por tamaña carnicería.
Mientras la ausencia de víctimas de ETA da para sesudos análisis con petición de dimisiones por lo que no es pero puede ser, los asesinatos perpetrados por borrachos, descerebrados y decentes padres de familias que al volante se convierten en bombas rodantes pasan sin condena alguna. O lo que es peor se explican o se disculpan.
¿Se imaginan que en los periódicos aparecieran anuncios de gabinetes de abogados que aseguran la impunidad en caso de asesinato? Pues bien, cojan un periódico cualquiera y encontraran quien se ofrece para quitarle la multa o evitar que el malvado Estado le deje sin puntos el carné de conducir. Y eso sin contar con la colaboración inestimable de jueces como el que, pedagógicamente, absolvió a un descerebrado que circulaba a 250 kilómetros por hora porque no puso en peligro la vida de nadie.
En ese caso, es cierto que sólo puso en peligro su propia vida, lo cual forma parte de su libertad individual, siempre y cuando las consecuencias de su decisión personal no tenga efectos sobre los demás. Por ejemplo, sobre las cuentas de esa Seguridad Social que pagamos todos y que tiene que hacerse cargo de las prestaciones médicas, en ocasiones larguísimas y contosísimas, que necesitan algunos de los que fallaron en su intento de quitarse la vida al volante.
Pero volvamos a aquellos que salen a la carretera en busca de victimas propiciatorias. De los borrachos o locos por la velocidad… Alguien que se ponen al volante de un coche con varias copas no es un imprudente es un asesino en potencia. Que no es una opinión exagerada lo prueban noticias de prensa recientes. Pero, pese a ello, todavía seguimos discutiendo si vale o no vale el carné por puntos, si la vigilancia por helicóptero afecta al derecho a la intimidad o si la culpa de todo la tienen el mal estado de las carreteras. Pero en la mitad al menos de lo accidentes con víctimas mortales está detrás la conducción temeraria por velocidad o por ingesta alcohólica.
Si solo en estos caso hiciéramos piña, generando el rechazo social de esas conductas y dejándonos de estúpidas reivindicaciones del derecho a tomarse una copita, como hizo el irresponsable ex presidente Aznar, en lo que va de vacaciones se habrían salvado 30 personas, hombres, mujeres y niños. Treinta familias no estarían destrozadas y otros tantos ciudadanos no sufrirían secuelas temporales o definitivas. Si lograr eso no justifica que Gobierno y oposición hagan piña, aunque no sea necesario suspender las vacaciones, ya me dirán que es lo que lo merece.