Para introducirse en la actividad bursátil se requiere formación técnica, inteligencia emocional y contar con un plan directriz que guíe las operaciones. Conozca los pasos a seguir para iniciarse en el trading.
Para
introducirse en la actividad bursátil se requiere formación técnica,
inteligencia emocional y contar con un plan directriz que guíe las operaciones.
Conozca los pasos a seguir para iniciarse en el trading.
"La suerte es lo que ocurre cuando la
preparación encuentra la oportunidad". Esta frase del filósofo Lucio Séneca
define muy bien la actividad de un trader,
porque las operaciones bursátiles tienen dos grandes componentes, uno
psicológico y otro de formación técnica. Detrás de cada decisión, hay mucho más
de estrategia que de especulación, concretamente hay un inversor que se conoce a sí
mismo y que cuenta con un plan de trading.
El componente emocional o psicológico
tiene gran influencia. Está demostrado que las pérdidas tienen un efecto
emocional negativo dos veces superior a la satisfacción positiva que producen
las ganancias y aunque todos los inversores cuentan con los mismos recursos y
herramientas, no todos reaccionan igual frente a sus operaciones.
Para hacer una buena gestión de las
emociones, existen tres reglas básicas que los inversores siguen en la
operativa bursátil:
1) Mantener la calma en la búsqueda de oportunidades.
2) Ser
pacientes
3) Ser resolutivos cuando llega el momento oportuno. El autoconocimiento
por parte del inversor forma parte fundamental del plan de trading porque lo
ayuda a controlar mejor las situaciones de riesgo.
La
importancia de un plan de trading
El capital es la herramienta de trabajo,
por eso la preparación es fundamental. Para mantener y hacer crecer el capital es
indispensable desarrollar un plan de negocio porque es la directriz de las
decisiones de operativa.
¿En qué consiste un plan de trading? Aunque
cada uno desarrolla su propia estrategia, existe una estructura universal con
ciertos pasos a seguir para los que se inician en la actividad.
Primero, un inversor debe decidir qué
tipo de operaciones le interesan y cuál es su experiencia con relación a las
mismas. Conviene elegir los activos que más conoce para adaptarlos a sus
operaciones, por ejemplo puede optar por operar con CFDs sobre índices, commodities o divisas.
Los CFDs permiten establecer stops,
que son herramientas que permiten controlar el riesgo.
Segundo, identificar los mercados y
plazos preferidos, por ejemplo decidir las entradas y salidas, estar preparado para
los imprevistos y para mercados con alta volatilidad. Hay múltiples opciones de
operativa, por ejemplo para quienes prefieren posiciones de muy corto plazo,
pueden explorar los sprint markets.
Tercero, decidir cómo gestionara su
capital, cuál es su patrimonio, cuánto está dispuesto a arriesgar, donde quiere
llegar y cuáles son sus plazos. Se considera que asumir entre 1% al 2% de
riesgo sobre el capital es un riesgo bajo y hasta un 3% puede ser apropiado
para empezar.
El plan siempre tiene que estar por
escrito para registrar el progreso, porque permite saber cuál es la dirección y
hacer un seguimiento constante para corregir errores. Es importante hacer un
análisis exhaustivo de las operaciones, evaluar los resultados positivos y lo
que no salió bien para reorientar las decisiones.
Nadie quiere perder, pero los analistas
aseguran que es mejor afrontar pérdidas iniciales porque esto obliga a prestar más
atención a la estrategia que afrontar pérdidas posteriores cuando se asumieron
riesgos tal vez un poco más altos. Se aprende a ganar con algunas pérdidas, lo más
importante es seguir una estrategia y lograr beneficios sostenidos a largo
plazo.
Los CFDs
son un producto financiero complejo. Se trata de un producto apalancado cuyas
pérdidas pueden exceder el depósito inicial. Los CFDs pueden no ser adecuados
para todos los inversores.