La presidenta madrileña, Isabel Díaz Auyso, ha tenido que abandonar de forma repentina la misa de la Almudena que se ha celebrado hoy en Madrid tras encontrarse mal. La 'popular' ha sido trasladada en ambulancia hasta el hospital Fundación Jiménez Díaz.
Según ha trascendido, la presidenta ha sufrido una fuerte gastroenteritis.
En ambulancia por ser el medio más rápido
La líder madrileña ya canceló ayer su asistencia al congreso del PP andaluz, en el que ha sido reelegido Juanma Moreno, por encontrarse mal. Pero este domingo ha querido asistir a la misa por la patrona de la capital y al volver a encontrarse mal de forma repentina, ha tenido que abandonar el acto.
El Samur se ha personado en la iglesia y se la ha llevado en ambulancia tras registrar una bajada de tensión y pulsaciones irregulares. Al haber sufrido un cuadro parecido el día anterior, su equipo ha decidido llevarla al hospital y han decidido el traslado en ambulancia por ser el medio "más rápido y seguro"
Retoma su agenda el martes
Según ha trascendido, Ayuso ha recibido ya el alta médica y ha abandonado el hospital. Han confirmado que se trata de una gastroenteritis y al no ser de gravedad ya se encuentra en su domicilio.
Su equipo tiene previsto que retome su agenda pública este martes 11 de noviembre, pues el lunes es festivo en la capital.
Poco antes de tener que abandonar el evento, la presidenta madrileña atendía a la prensa. Minutos después empezó a sufrir dolores y gran malestar.
Gastroenteritis, virus típico de invierno
La presidenta de Madrid no es la primera, ni será la última, que sufre gastroenteritis, una inflamación del estómago y los intestinos que, por lo general, es de origen vírico y muy habitual en invierno.
En las últimas semanas es una patología muy habitual cuyos síntomas pueden aparecer de forma escalonada o repentina.
Los más habituales son los siguientes:
- Náuseas
- Diarrea
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Malestar
- Cefaleas
No hay un remedio especial, sino ir tratando los síntomas y mantenerse bien hidratado. Por lo general, suele desaparecer entre los 3 y los 7 días, aunque hay casos más graves que duran hasta 14 días.
La vírica suele tener corta duración, si dura ya más de una semana, lo más probable es que se deba a una infección bacteriana o por parásitos y ya si que requerirá de un tratamiento pautado por el médico.