La elección de Samoilova, hace 10 días, había escocido a numerosos ucranianos, que consideraban su entrada en el país ilegal ya que, internacionalmente, Crimea todavía se reconoce como territorio ucraniano. Las autoridades rusas han puesto el grito en el cielo con el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Grigori Karasin, condenando la decisión como el “enésimo acto indignante, cínico e inhumano de las autoridades ucranianas”.
Desde la propia organización del festival se ha emitido un comunicado en el que se dice que "tenemos que respetar las leyes del país anfitrión, pero en cualquier caso estamos profundamente decepcionados por esta decisión y nos parece que está en contra del espíritu del concurso y de la noción de inclusividad en la que radican sus valores".
El texto pide "seguir dialogando con las autoridades ucranianas para asegurar que todos los artistas pueden participar".
Desde Rusia han declarado que si Samoilova, finalmente, no puede actuar este año será la encargada de representar al país en la siguiente edición, en 2018.