El Gobierno vuelve a incumplir por tercer año consecutivo con el mandato de presentar los Presupuestos Generales del Estado a tiempo en el Congreso de los Diputados, lo que lleva al país a la tercera prórroga consecutiva de las cuentas públicas.
Se trata de un hecho nunca visto que hace del texto aprobado en 2023 el más longevo hasta la fecha. Superaría, de esta manera, a los últimos presupuestos diseñados para el ejercicio 2018 por el ex ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que se mantuvieron vigentes hasta finales de 2020, en plena pandemia de Covid.
La Constitución española estipula que el Ejecutivo tiene que presentar el proyecto de cuentas públicas a la Cámara Baja 3 meses antes de que dejen de estar vigentes los del pasado año como muy tarde, lo que se acaba el 30 de septiembre. Pero el Gobierno tiene todavía pendientes pasos esenciales para poder llegar a ese punto. Aún no ha llevado al Consejo de Ministros la nueva propuesta para el periodo de 2021 a 2023. Esa senda marca los objetivos vinculantes de déficit público, deuda pública y regla de gasto a los que tiene que ceñirse el conjunto de las Administraciones.
Esos objetivos tienen que pasar previamente por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) que, hasta el momento, tampoco ha sido convocado y, sumados al límite de gasto no financiero o techo de gasto, que se anuncia tanto al Congreso como al Senado, pero que no se llega a votar, cumplen un trámite imprescindible para poder contar con unos presupuestos en tiempo y forma.
Una tarea "complicada"
Fuentes cercanas al Ministerio de Hacienda aseguran que el Gobierno está negociando con los grupos parlamentarios para poder llevar al Congreso esa senda de estabilidad "pronto", si bien admiten que será una tarea "complicada". La propia vicepresidenta primera, María Jesús Montero, dijo que su departamento se encuentra "ajustando los últimos números" que va a incluir el texto, a preguntas de los periodistas en Córdoba, después de participar en un acto de entrega de llaves de viviendas junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Sí se conoce que el escenario bajo el que se están realizando es más optimista. El Ejecutivo enseñó hace dos semanas el nuevo cuadro macroeconómico que es la base para el texto, donde colocaba una décima al alza su previsión de crecimiento para este año, del 2,6% al 2,7%, a pesar de la incertidumbre global y de la crisis de aranceles creada por la Administración Trump en Estados Unidos. Este incremento responde al fuerte dinamismo de la demanda nacional, del consumo e inversión públicos y privados, que va a crecer un 3%.
El dinamismo de una economía que aumenta muy por encima de la media de la Eurozona, la buena marcha del empleo denido al impulso de los flujos migratorios, las afiliaciones a la Seguridad Social se han mantenido en niveles máximos, con 21,6 millones de afiliados en agosto, y la subida del consumo y de la demanda de crédito por los menores costes de financiación han logrado que la actividad mantuviera el pulso a pesar de la falta de un proyecto de cuentas públicas.
El proyecto más importante para un gobierno
Pero esto no esconde el problema que trae la ausencia de unos presupuestos, en tanto que estos son el proyecto de mayor envergadura a nivel económico y marcan el engranaje sobre el que se sustentan todas las políticas y reformas de un gobierno. La anomalía se encuentra en que el de Pedro Sánchez ni siquiera ha tratado de sacarlos adelante los dos últimos años por la no contar con los apoyos suficientes entre los socios de investidura y la complicada aritmética parlamentaria.