Manuel Olveira, un gallego enorme
miércoles 26 de noviembre de 2008, 20:03h
El sábado 22 de noviembre, a las 19 hs, en la Plazoleta de Remedios Escalada y Concejal Noya, en Lanús (Pcia. de Buenos Aires), se realizó un sentido homenaje a Manuel Olveira, un gallego nacido en Finisterre en 1934 y caído en Malvinas, durante el conflicto armado entre Argentina y Gran Bretaña en 1982.
El acto, durante el cual se colocó una placa en su memoria, fue organizado por las sociedades gallegas del Sur: Sociedad Finisterre en America, Hijos de Porto do Son, Centro Gallego de Avellaneda, Jubilados y Pensionados Gallegos de la Republíca Argentina, Astur Gallega, Centro de Ordenes, Sociedad de O Grove y PSOE filial Sur.
Acompañaron a Carmen Cambeiro, esposa de Olveira, numerosos vecinos y representantes de la comuna de Lanús, entre ellos el Intendente Darío Díaz Pérez; el Titular del Honorable Concejo Deliberante local, José L. Pallares y sus pares en el Consejo Escolar y en el Tribunal de Faltas. También se hicieron presentes el jefe de Gabinete Municipal, Ing. Héctor Bonfiglio, el Presidente de los Veteranos de Guerra de Lanús, Juan Fanucchi y el Alcalde de Negreira, Juan García Fuentes, en representación de Galicia.
Luego de que los gaiteros ofrecieran su homenaje y fuera descubierta la placa, tomaron la palabra Juan Rodríguez, por el Centro Gallego de Avellaneda; el Alcalde Juan García Fuentes y el Intendente de Lanús, quien resaltó su condición de orgulloso nieto de lucenses.
Manuel Olveira, nació en la Costa de la Muerte, más precisamente en la emblemática Finisterre, donde era una marinero más hasta que decidió emigrar a América en 1957. También aquí en Argentina, no pudo dejar su vocación de hombre de mar y es así que durante el conflicto bélico en Malvinas, trabajó en el buque mercante "Isla de los Estados", transportando mercancías a las islas. Teniendo la oportunidad de desembarcar, no lo hizo, quedándose en el barco con tareas de aprovisionamiento.
El 10 de mayo de 1982, los ingleses localizaron el buque en el Estrecho de San Carlos y a pesar de pertenecer a la marina mercante, lo atacaron. Manuel intentó rescatar a sus compañeros, hasta que fue alcanzado por fuego inglés. Su cuerpo nunca apareció.
Hoy, sin embargo, el recuerdo de su imponente figura de marinero de costas turbulentas se recorta en los cielos del sur de Buenos Aires. También en el sur, en unas islas lejanas, ofrendó su vida a la tierra que le dio abrigo en los duros momentos de la emigración, y rodeado del mismo mar que lo vio nacer en su Finisterre natal.