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Elecciones, Rusia y energía nuclear

Elecciones, Rusia y energía nuclear

jueves 27 de noviembre de 2008, 21:40h

Venezuela, Irán y Rusia con los petrodólares han fortalecido su hegemonía regional

En Venezuela las recientes elecciones demostraron el apego del venezolano al sistema democrático y a la consulta electoral. La prensa mundial destacó la participación masiva, la credibilidad del órgano electoral y el dilema por resolverse entre un modelo autoritario, continuista, excluyente y la tradicional democracia con sus deficiencias pero con el pluralismo y la alternabilidad. Los analistas extranjeros destacaron la satisfacción de todos los actores y la justificación de sus triunfos, para el Gobierno el número de gobernaciones ganadas y la vigencia del liderazgo del presidente Chávez, para la oposición la reconquista de las importantes gobernaciones de Carabobo y Miranda, como los triunfos en Táchira, Distrito Federal y la Alcaldía de Sucre.

El Zulia y Nueva Esparta a pesar del esfuerzo del PSUV y del Gobierno continúan en poder del modelo alterno al proyecto de la Revolución Bolivariana. Chávez mantuvo el medio rural mientras que las grandes ciudades le dieron la espalda. Se terminó el mito de la invencibilidad del chavismo, fueron sancionadas tres de sus principales figuras: Istúriz, Cabello y Chacón. Se cierra el fraude constitucional cuando por decreto se pretendía modificar la Constitución con el modelo cubano del socialismo real, rechazado en todo el mundo luego de la caída del muro de Berlín y el derrumbe de la Unión Soviética. Se reafirmó lo decidido por el pueblo cuando el pasado 2 de diciembre derrotó la reforma constitucional en el referendo de 1999. Venezuela, como todos los países de América Latina, continuará por el sendero de desarrollo de justicia pero siempre en libertad.

De Rusia No podemos dejar de referirnos esta semana al giro geopolítico de la diplomacia venezolana al acercarse después de Irán a la nueva Rusia de Putín. Venezuela como Irán y Rusia con los petrodólares han fortalecido su hegemonía regional y la centralización del poder, tratando de destruir toda oposición con reformas constitucionales, autoritarias y continuistas. No es extraño que una flotilla de barcos rusos con propulsión nuclear, esté realizando maniobras conjuntas en aguas venezolanas.

Coincide esta primera incursión militar rusa en el continente, después del fin de la URSS con la visita oficial del presidente ruso Dimitri Medvedev, en momentos de diferendos entre Washington y Moscú, peligrosa situación que pudiera repetir la crisis cubana de los misiles rusos en octubre de 1962 que puso al planeta cerca de una guerra nuclear. Para Chávez esto entra en su estrategia de confrontación con Washington mostrando su alianza con un poder mundial que hoy también desafía a Estados Unidos.

Para Rusia es ganancia avanzar en esta geografía donde sólo ha tenido vínculos con Cuba, le permite extender su influencia y mayor poder de negociación. El pasado mes de septiembre estuvieron dos bombarderos supersónicos Tu-160 de la aviación rusa, también con armas nucleares en Venezuela. Mas allá de las explicables alianzas de todo Estado y de su opción internacional, lo grave en este caso es que se estaría violando un acuerdo internacional latinoamericano firmado en México por todos nuestros gobiernos donde se declara a nuestra región como zona desnuclearizada.

El Tratado de Tlatelolco tiene dos protocolos que comprometen a los Estados con armas nucleares en el mundo y a las naciones con posesiones territoriales en esta región. Este tratado se originó precisamente luego de la crisis cubana, donde de haberse dado la guerra entre Rusia y Estados Unidos, América Latina hubiera estado afectada con el efecto radiactivo de las bombas atómicas.

La OPANAL, Organización para el Control de las Armas Nucleares en América Latina con sede en México, debería pronunciarse sobre este asunto. Más grave aún para Venezuela cuando el señor Presidente anunció que los rusos construirían un reactor nuclear en el estado Zulia, y en alguna oportunidad invocó la cooperación atómica con Irán. Teherán tiene el veto de la comunidad internacional porque todo indica que su desarrollo nuclear es con fines militares y Rusia tiene el antecedente del accidente de Chernóbil con la contaminación radiactiva que produjo en el mundo. ¿Será acaso que el reactor de más de 400 MW con tecnología rusa que Fidel Castro no pudo terminar ahora pretenden implantarlo en Venezuela?

El presidente Lula ha preferido operaciones militares conjuntas con Francia y Holanda tal vez porque al rechazar al gendarme estadounidense no quiere caer en el nuevo imperialismo ruso. Brasil y Argentina, con grandes desarrollos atómicos, desconfían en esta materia de Teherán y Moscú.

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