A partir de hoy,
Barack Obama volverá a ser un político como otro cualquiera sometido al escrutinio de la opinión pública y de los medios de comunicación. A partir de hoy, Barack Obama empezará a tomar decisiones que gustarán a algunos y serán rechazadas por otros. A partir de hoy, Barack Obama acertará y se equivocará como cualquier ser humano. Y es que, hasta hoy, Barack Obama era algo más que un político, representaba un sueño, y no solo para millones de norteamericanos, sino de personas en todo el mundo. Todos tendemos a adornar a los otros con virtudes y defectos que a veces

solo habitan en nuestra cabeza, y en el caso de los políticos, más. Creemos que son de tal o cuál manera, que van a cumplir sus compromisos a rajatabla, que nada les apartará de las bellas palabras dichas en mítines y actos públicos. Luego llega la realidad, sí, la realidad, para ellos y para sus votantes.
A Barack Obama se le ve un hombre tranquilo, seguro de sí mismo, que sabe lo que quiere y adónde va, pero yo le supongo que cuando se queda a solas consigo mismo debe de pensar en cómo hacer para no defraudar las inmensas expectativas que ha despertado en todo el mundo. Porque parece que en la Historia reciente hay un antes y un después de Obama. El antes es una época oscura, y realmente lo ha sido con
George Bush, y el ahora y el después parece que prometen ser una época llena de posibilidades para que todo sea mejor. El problema es que los sueños siempre terminan confrontándose con la realidad por eso digo que a partir de hoy Obama se enfrentará a la realidad y para abordar la realidad de una crisis económica, del conflicto de Oriente Medio, las relaciones con Cuba, el terrorismo internacional, etc, etc, etc, etc. no hay recetas mágicas y el nuevo presidente de Estados Unidos irá acertando y equivocándose.
Dirán ustedes que padezco un ataque de escepticismo, y la respuesta es que sí, que efectivamente padezco cierto escepticismo seguramente por los muchos años en que llevo ejerciendo el periodismo. Aún así, y sin caer en la Obamanía, también comparto esa opinión mayoritaria de que con Obama en la Casa Blanca, las cosas del mundo pueden ir a mejor.