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La Paz ofrece un curso de rehabilitación de cardiópatas

jueves 12 de febrero de 2009, 12:48h
Más de medio millar de personas que han sufrido un infarto agudo de miocardio siguen las instrucciones recibidas en el curso de rehabilitación para cardiópatas del hospital de La Paz: hacen ejercicio para comenzar una nueva vida.
Bicicleta, cinta, pesas y, si el tiempo lo permite, paseos por el campo forman parte del programa diseñado por la cardióloga Almudena Castro y la rehabilitadora Mercedes Marín, del servicio de Cardiología de este centro sanitario que se desarrolla en el hospital de Cantoblanco, a 14 kilómetros de Madrid, un antiguo lazareto de tísicos en medio de un frondoso pinar.

Tres sesiones de entrenamiento semanales -siempre monitorizados para prevenir arritmias ventriculares- y charlas educativas sobre alimentación, hábitos sociales, sexo y salud, soporte psicológico y control del estrés enseñan a estos pacientes a cambiar sus hábitos y llevar una vida más sana.

Un equipo multidisciplinar -cardiólogos, rehabilitadores, enfermeras, psicólogos, dietistas, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales- atiende a estas personas. Mercedes Marín, rehabilitadora, explica que el ejercicio incluye un circuito al aire libre, "cuando los días son buenos y después de que nosotros prescribimos el entrenamiento que pueden y a la intensidad que lo deben hacer".

"Esto les facilita más tarde el incorporarse a su vida cotidiana, que va a ser un poco caminar por el parque, caminar por la calle y cosas así", señaló. Marín subraya que "aunque en el programa tenemos hombres y mujeres, es curioso porque llegan muchos más hombres que mujeres", aproximadamente cuatro veces más.

Además, "hay mucha más adhesión al programa de los hombres que de las mujeres, porque las mujeres, históricamente, tienen más obligaciones familiares y laborales". Esto significa que "a veces no vienen al programa, porque les ocupa mucho tiempo" y, por otro lado, "se dan de alta antes para atender a sus familias e incorporarse antes a sus trabajos. Es paradójico, pero es así".

"La proporción de hombres y mujeres en el programa es de 80 a 20 y la de abandono es muchísimo más alta en las mujeres que en los hombres. Además, es precisamente por esta causa. Lo hemos estudiado y lo tenemos publicado", agregó. La cardióloga, Almudena Castro, explica que "las primeras semanas se monitoriza a los pacientes para descartar arritmias ventriculares que se pudieran producir durante el ejercicio".

"Normalmente los pacientes de bajo riesgo necesitan una monitorización de como mucho dos semanas y solamente a los de alto riesgo -por su patología o por como hayan quedado sus arterias tras el infarto- se les mantiene más tiempo la monitorización durante el ejercicio", señala.

Sin embargo, "una vez que se descartan este tipo de arritmias, los pacientes entrenan sin telemetría (monitorización), sobre todo para que ellos tengan seguridad de que pueden hacer ejercicio con tranquilidad, una vez fuera de aquí", argumenta.

La rehabilitación cardíaca aumenta "significativamente" la calidad de vida del paciente cardiópata, reduce en cerca del 25% la mortalidad de los pacientes que han sufrido infarto agudo de miocardio y también "reduce el número de reinfartos y el número de ingresos hospitalarios".

El programa de rehabilitación del Hospital de La Paz dura entre seis y ocho semanas. Se inicia con una consulta con el cardiólogo y el rehabilitador para una evaluación inicial, exploración física, comprobación de los factores de riesgo cardiovascular y ajuste de medicación. Se realizan diversas pruebas y se clasifica al paciente según el riesgo para poder realizar la prescripción específica de tratamiento.

Una vez iniciado el programa, el paciente está vigilado en todo momento para evitar riesgos. El mensaje que el equipo multidisciplinar le transmite en todo momento es "cambia de hábitos de vida para llevar una vida sana", subrayó la doctora Castro.
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