La presencia de numerosas empresas españolas en la Federación Rusa, que se decidieron a dar al salto al exterior a partir de los noventa, no ha sido seguida por las pymes. Las incertidumbres que les genera la falta de transparencia en los procesos administrativos y de seguridad jurídica pesan en su decisión de entrar en este vasto mercado. Sin embargo, pierden numerosas oportunidades de inversión, especialmente, las que se dedican a la agroalimentación, fabricación de maquinaria, productos de consumo y construcción, así como a la generación eléctrica.
El embajador de la Federación Rusa en España, Alexander Kuznetsov, puso de relieve que las empresas españolas apenas recurren a la financiación multilateral que les ofrecen las instituciones públicas para presentarse a los concursos de licitación pública que se convocan en su país.
En este sentido, Antonio Simón, director de área de la división de comercio exterior del BBVA (Trade Finance España), explicó que si bien no existe un mecanismo específico para financiar las operaciones comerciales de las empresas españolas en este mercado, las empresas pueden acogerse a diversos programas de ICEX (Instituto Español de Comercio Exterior), ICO (Instituto de Crédito Oficial) y COFIDES (Compañía Española de Financiación del Desarrollo). Además, la cobertura que concede CESCE (Compañía Española de Crédito a la Exportación).para este mercado está abierta sin restricciones para operaciones a corto plazo y con ciertas limitaciones para las operaciones a medio y largo plazo.
La Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid ha emprendido este año una acción de promoción de la Federación Rusa. El vicepresidente primero de esta institución, Salvador Santos Campano, explicó que el próximo mes de mayo se celebrará un encuentro de cooperación empresarial en Moscú, en colaboración con la Cámara de Comercio de Guipúzcoa, la de Navarra y el Consejo Superior de Cámaras. Se prevé que dicho encuentro sirva para que 30 empresas españolas entren en contacto con potenciales socios rusos a fin de establecer alianzas y acuerdos de cooperación.
En la Federación Rusa están presentes de forma directa empresas de agroalimentación como Altadis, Campofrío, Borges, Gallina Blanca, Sos Cuétara y Leche Pascual (Chupa Chups también es una marca española insignia en este mercado, pero el año pasado la familia Bernat vendió la empresa a la italiana Perfetti Van Melle); de transportes, como Talgo y Alsa Enarcar; de tecnología, como Indra; industriales, como Fagor; de calzado, como, Kelme; y de construcción, como Ferrovial. Por otra parte, diversas franquicias españolas se han animado a introducirse en este mercado en los últimos años, entre las que destacan Mango y Zara (textil), junto con Gil Stauffer, especialista en mudanzas.
Más recientemente, Repsol YPF, Gas Natural e Iberdrola se han interesado en llegar a acuerdos de cooperación con la gasista estatal rusa Gazprom, puesto que la Federación Rusa es el primer exportador de gas natural del mundo y el segundo de productos petroleros. El año pasado, Repsol YPF y Gazprom firmaron un acuerdo en este sentido. Toda esta actividad ha llevado al sector financiero ha tomar posiciones en el mercado ruso, con la destacada presencia del BBVA e incluso de cajas de ahorros, como Bancaja.
No obstante, y como explicó Santos Campano, cabe mucho más negocio entre España y la Federación Rusa, porque “las inversiones españolas son estadísticamente insignificantes, concentrándose en el sector agroalimentario y en las ciudades de Moscú y San Petersburgo”. De hecho, la cuota de mercado para los productos españoles en el mercado ruso ronda el 1,3%.
Dinero español en Rusia
La inversión española se ha multiplicado por 10 en cinco años. Santos Campano también explicó que las inversiones españolas en aquel país “han experimentado un aumento progresivo en los últimos años” y se han multiplicado prácticamente por 10 en los últimos cinco años: en 2000, se habían invertido 2,45 millones de euros, mientras que en 2005 ya alcanzaban 211 millones. De ahí que “la imagen de España como un país moderno e industrializado está poco perfilada” en el mercado ruso, afirmó el vicepresidente primero de la Cámara.
Dado que la Unión Europea es el mayor socio comercial de Rusia (con un 57,4% del comercio exterior total) y el 90% de los productos que este país demanda son industriales y de alimentación, una mayor actividad de las empresas españolas de estos sectores en el mercado ruso repercutiría en la mejora del saldo de la balanza comercial en los intercambios bilaterales. Este último es tradicionalmente deficitario para España, debido a las importaciones de combustibles y lubricantes. Así, en 2006 se exportaron bienes por valor de 1.360,67 millones de euros y se importaron por un valor de 6.886,56 millones de euros.
Otro foco de atención en el mercado ruso es el turismo, dadas sus perspectivas de futuro. España se ha convertido en el segundo destino favorito de los rusos en sus vacaciones, tras Turquía. En 2005, España desplazó a Egipto en las preferencias de los ciudadanos de aquel país cuando viajan al extranjero.
Aunque estos viajeros apenas suponen el 0,5% de los que visitan España, es importante señalar que están entre los que más gastan, con un promedio de gasto en compras superior a 450 euros (datos de Global Refund). Ello les sitúa sólo por detrás de de los japoneses, argelinos y argentinos. Sin embargo, las exigencias de visado y trámites burocráticos para visitar nuestro país frenan este flujo de turistas. Para analizar la forma de favorecer el flujo entre ambos países, en febrero del año pasado se firmó un Acuerdo de Cooperación en Materia de Turismo entre ambos países.