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¿Estamos locos o qué?

Yo soy virgen

Yo soy virgen

miércoles 13 de mayo de 2009, 13:09h
 

Lo reconozco: en mí habita un alma de portera hortera que se identifica con los grandes culebrones de la vida. Me encantaría ser una pobre muchacha que trabaja de servicio en una gran mansión y está enamorada secretamente del señorito. Por supuesto él se enamora de mí y tenemos la férrea oposición de la señora de la casa que es muy bruja y muy mala. Pero a falta de esa gran vida que no tengo y a falta también de tiempo para tirarme en el sofá después de comer a ver telenovelas, sigo las de la vida misma.

Noemí Letizia tiene 18 años y es, supuestamente, la responsable de la gota que colmó la paciencia de Verónica Lario, señora esposa de Berlusconi. Noemí Letizia tiene todos los ingredientes de ser una digna protagonista de culebrón. En primer lugar por el nombre. Uno no puede protagonizar una historia truculenta y al más puro estilo venezolano si no posee un nombre altisonante. “Juan Manuel Alfredo, tienes que recordar que yo soy tu esposa” no suena igual que “Paco, hazme caso, coño y pon la mesa”

La susodicha ha hecho unas declaraciones a una revista en las que confiesa que es virgen. Luego, por pura lógica esta señorita no ha yacido con el primer ministro. Tiene novio pero todavía no ha dado el “gran paso”, o sea, irse a la piltra con el maromo en cuestión. Ella califica la primera vez como fatídica. Pobrecita, a esta muchacha le han contado la historia del hombre del saco en versión porno, si no, no me lo explico.

La entrevista no tiene desperdicio y es al mejor puro estilo de nuestra Tamara Falcó, sólo que Tamara es más naif y más educada (al fin y al cabo es Preysler). A Noemí Letizia lo que más le gusta del mundo es ponerse guapa; ir a la esteticista y cuidarse las uñas. Añade, además, que en el momento de la entrevista las lleva pintadas de color violeta. ¿Qué tal? ¿No es genial?

También se siente plenamente identificada con la protagonista de la película Compradora compulsiva, vamos que ella es así. En el futuro quiere ser azafata televisiva y por eso le entregó a Berlusconi un book en el que, imaginamos, sale con ropa como para pillar catarros. También quiere posar en un calendario pero no desnuda, eh?

Pero no se vayan a pensar que no tiene la muchacha inquietudes culturales, de hecho, quería leer el libro Gomorra de Roberto Saviano, pero, cachisenlamar, ha visto la película y ahora ya no le apetece. Jo.

Pues nada, Verónica Lario, yo que tú seguiría adelante con el divorcio pero de esta pájara no me preocuparía. Una gilipollas nunca puede ser una buena rival por muy buena que esté.
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