Rajoy: "Nunca un partido derrotado en las urnas ha tenido tantas posibilidades de ganar las próximas elecciones generales"

 No ha habido grandes titulares en este desayuno con el líder del PP, pero tampoco se esperaban. En realidad, parecía más bien como un acto de apoyo o acaso de ‘desagravio’ ante el embiste del presidente de Prisa, Jesús Polanco, que lo vincula al guerra-civilismo, o ante las críticas políticas y de los fiscales que vinculan al PP con un ‘neofalangismo’ en España. Mariano Rajoy consiguió su objetivo, que no era otro que llenar el hotel Ritz: se apiñaban en tres salones multitud de periodistas y más de 700 invitados, entre los que sobresalía especialmente el presidente del SCH, Emilio Botín, entre lo más granado del mundo económico, financiero, diplomático… además de toda la directiva del PP. En realidad, el Ritz se convirtió este martes en el lugar de España donde se apiñaban más escoltas por metro cuadrado.

 Rajoy pronunció un discurso breve y sin novedades con respecto al mensaje que él mismo viene transmitiendo en los últimos meses. “No estoy satisfecho de lo que está ocurriendo en esta legislatura”, fueron sus palabras iniciales, para pintar seguidamente un panorama bastante negro en lo político, pero esperanzador en lo económico, porque el país avanza por su propio paso. Era el mensaje para esa derecha económica que se había reunido para escudarle: que si todo está oscuro, puede aclarar y que él es la solución dentro de una economía liberal.

 Primero el mensaje negativo, que bien puede resumirse en esta frase: “Zapatero no ha sabido liderar este país, ni gestionar la victoria electoral, ni tiene agenda política”. Las dos prioridades del Gobierno han sido dos bluff que no han traído más que tensión y ruptura del consenso: la cuestión territorial, con el Estatut de Cataluña de por medio, y las negociaciones con la banda terrorista ETA y con Batasuna. Respecto a lo primero, siete recursos de inconstitucionalidad presentados avalan que ni era necesaria la reforma estatutaria ni ha gustado a todos los españoles. Respecto a lo segundo, una frase lapidaria resume el tono y el fondo del debate: “Hoy estamos pendiente de lo que haga o diga ETA. ¿Merecía la pena?”.

 Y en cuanto a la ‘obra legislativa’ zapaterista, nada de especial mención para el líder del PP: ha habido algunas leyes sociales, otras “bastante inútiles” y otras muy discutidas, como la de matrimonios gay.

 Una España realmente negra la que ha pintado Rajoy, pero con solución, que era la segunda parte de su breve pero estructurado discurso: “Me comprometo a hacer lo que no ha hecho Zapatero”, es decir, liderar un Gobierno fuerte y serio, “un Gobierno liberal, de centro” que busque el consenso y reconduzca los errores socialistas. Ésa era la promesa reservada para las fuerzas vivas de la nación presentes en este desayuno del Ritz.

 En el capítulo de las preguntas –casi todas formuladas por periodistas- no podía faltar el boicot del PP al Grupo PRISA después de que su presidente, Jesús Polanco, le acusara de llevarnos por el camino de la guerra civil. “¿Qué esperaba Polanco? ¿Qué aplaudiéramos?”. Ahí Rajoy tuvo un lapsus: “Yo soy un partido político…”, cuando quería decir que preside un partido político. Pero, lapsus aparte, el aviso a Polanco fue contundente: “No estamos a las órdenes de nadie”. En cualquier caso, Rajoy garantizó que “el derecho a la información queda absolutamente preservado” para los periodistas de PRISA.

 Y pocos anuncios más. Rajoy abordó de pasada cuestiones como la Constitución Europea –“creo que habrá un tratado europeo relativamente pronto”, tras hablar con la canciller alemana, Angela Merkel-; que la Fiscalía no debería tomar ninguna decisión política “y las toma”, como en el caso Otegi; que está de acuerdo en renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero exige que el Gobierno actual no cambie las reglas del juego –como, por ejemplo, renovar el mandato a la presidenta del Tribunal Constitucional porque se está debatiendo la inconstitucionalidad del Estatut catalán, o amenazar con dejar sin poderes al propio CGPJ-, o que si llega al Gobierno recuperará el pacto contra el terrorismo que, según él, ha roto el PSOE.

 Si hubiera algo que resaltar, además del baño de multitud con las fuerzas vivas, un anuncio que quedó en enigma: que él, Rajoy, hará un llamamiento a partidos políticos y fuerzas sociales… ¿para qué? Quedó en el aire, aunque parece obvio: que el PP no está tan solo como dice el PSOE y que está en condiciones de llegar a acuerdos con sectores profesiones, grupos cívicos, personas y también partidos políticos para un futuro inmediato. Son palabras de Rajoy.