Las bolas de billar de la autodeterminación catalana
miércoles 28 de marzo de 2007, 18:11h
Las propuestas autodeterministas presentadas el miércoles en el parlamento catalán se pueden entender como jugadas de billar.
Esquerra, a poco de las elecciones municipales lanza la bola de la autodeterminación contra CiU, cansada de recibir críticas por haber “hecho presidente a un españolista” y por ser poco nacionalista. Es un órdago. O los de Mas y Duran se embarran hasta el cuello o quedarán como bocazas, piensan en ERC.
La bola, después de chocar con CiU, rebota hacia el PSC, partido al que le dicen que la alianza actual puede cambiar si su posición de defensa del Estatuto de 2006 flaquea frente a lo que consideran envestidas de Madrid: clac, clac.
Luego están las elecciones municipales, donde los de Carod tienen la esperanza de sustituir en muchas partes del territorio a los de CiU. Para desalojarlos de espacios como las diputaciones de Girona o Tarragona seria buena la imagen de desechar pactos con los nacionalistas moderados si queda claro que a estos les tiemblan las piernas al defender los derechos nacionales de Cataluña: clac, clac, clac.
Y a Madrid otro mensaje: si se avanza hacia nuevos recortes del Estatuto, como los anunciados por el ministro Sevilla, el PSOE puede quedarse agarrado a la brocha: clac, clac, clac, clac.
Y en clave interna, a los disidentes partidarios del doctor Carretero, preocupados por la deriva administrativa del partido, se les envía una confirmación de que ERC no se ha dejado seducir por la moqueta. Incluso entre la cúpula, Puigcercós puede estar insinuado que es el partido el que manda al gobierno y no al revés.
Pero claro, las jugadas no siempre salen como se piensa. Primero, CiU no ha caído en la trampa y ha llevado el debate al Parlamento. Allí ha evitado ceder la primacía del catalanismo a ERC y al mismo tiempo Mas ha llamado la atención sobre la poca fiabilidad que los republicanos dan a un gobierno que quiere ser sobretodo estable. Luego, ha recordado que lo de la autodeterminación entra en el terreno de los principios y eso tampoco obliga a ejercerlos pasado mañana. Y tercero, ha aprovechado la imagen de una parte del gobierno dando por muerto el Estatuto para criticar su falta de eficacia en la defensa de esa ley fundamental para Cataluña.
Los socialistas catalanes han visto, por su parte, como sus aliados, pero también sus contrincantes electorales de ERC se alejaban de la imagen de gobernantes para volver a las barricadas verbales, y lo pondrán de manifiesto. De todos, los miembros del PSC son los que más claramente ven el panorama con un ojo en Cataluña y otro en Madrid. Saben que el mal del estatuto catalán no vol soroll, (no le gusta el ruido). Cualquier algarabía puede repercutir negativamente no sólo en el apoyo del gobierno Zapatero al texto sino en las decisiones que han de tomar los magistrados. Si todo va mal, alguien habrá de dar explicaciones. No obstante, Montilla ve como su estilo de gobierno en el que habría de pesar más la gestión que la gesticulación queda en entredicho: llama más la atención un debate de principios sobre la autodeterminación que la convocatoria de oposiciones a 7000 plazas nuevas de maestros.
ICV, sigue con la tónica que le ha dado buenos resultados, no inmiscuirse en conflictos en los que pueda salir trasquilado y postularse como una fuerza política sin mácula, lo que en las municipales puede darle réditos.
Finalmente, el PP catalán aprovechará los conflictos para criticar en su conjunto al gobierno y, al mismo tiempo para descalificar a sus competidores en la oposición. Estos, en opinión de los de Piqué, tampoco son de fiar, porque se dejan llevar por el radicalismo nacionalista.