Por lo menos, ésa es la previsión de acontecimientos y la gran esperanza que exhibe el presidente
Rodríguez Zapatero a cuatro ciudadanos a quienes ha recibido en el Palacio de la Moncloa y con quienes ha conversado sobre las cuestiones más diversas, en un encuentro preparado por 'El País'. Una de tales cuestiones predominantes, naturalmente, ha sido la crisis.
"Nosotros pensamos que lo peor de la crisis ha pasado, y que estaremos saliendo de ella en el primer trimestre de 2010, en el que ya empezaremos a crecer. En el primero o en el segundo...", duda el presidente.
Según esta opinión, lo peor ha pasado ya para el empleo.
"En mi opinión se ha producido un ajuste excesivo del empleo, también por el temor de muchas empresas, y por la construcción... El 70 por 100 del empleo perdido viene directa o indirectamente de la construcción, y vamos a tardar tiempo en recuperarlo. Hasta que la gente vea un horizonte para empezar a contratar y crear empleo... Estamos creando mucho empleo a través del dinero público, pero eso tiene un límite porque nos estamos endeudando".
Sobre el problema de desempleo, explica el presidente que
"más allá de la coyuntura, tiene que ver con una parte de nuestro problema histórico de la dificultad de las mujeres con la incorporación al mercado de trabajo, de la empleabilidad de un corte generacional demedia edad con pocos estudios. Y somos el país de Europa donde más crece la población con la
inmigración. También está la economía sumergida...".
Dice en otro momento de esta charla informal y desordenada que el Estado ganará dinero con los préstamos de dinero efectuados a la banca.
"Con los bancos, nosotros hemos tenido mucha suerte, porque hay gobiernos europeos que han tenido que mantenerlos poniendo capital con cargo al erario público. Ya sé que ni los bancos ni las compañías eléctricas son hermanitas de la caridad".
Dice en otro momento que lo que ha aumentado últimamente es el ahorro, que hacía años que no aumentaba. Y es posible observar cierta nostalgia de los buenos tiempos, anteriores a la crisis:
"Los gobiernos europeos nos miraban con admiración, teníamos superávit público, ingresábamos más de lo que gastábamos. Pero cuando ves cómo caen los ingresos. Aquí no han caído los bancos a pesar del endeudamiento tan alto porque el Banco de España tiene unas reglas muy duras para las entidades".
Hace mención de las recientes elecciones europeas:
"Como ciudadano, no me he enterado de qué proyectos había para Europa ni del PSOE ni del PP. Hubo más fotos del Falcon en la campaña que mías. Yo he hecho unos cuantos mítines y unas cuantas intervenciones, y me he hartado de hablar de Europa, pero de eso no ha salido nada. Los mismos que critican de qué no se hablaba de Europa son los que nunca preguntaban por Europa. Bruselas no es un tema muy "sexy". No lo es. Es algo distante".
Opina Zapatero que un 80 por 100 de los medios de información son de tendencia muy moderada... También entiende que "
la gente, cuanto más tiene, menos generosa es, y la gente que menos tiene es más generosa".
Y dedica varias intervenciones a hablar de las relaciones de Iglesia y Estado:
"Me preocupa el poder que todavía está teniendo la Iglesia en nuestra sociedad... Conmigo no están contentos. El Vaticano, siempre que puede, me lanza alguna invectiva. Pero tenemos que tener una relación con la Iglesia Católica porque tiene una penetración y una fuerza mayoritaria. Eso se mantiene a través de los acuerdos económicos, básicamente. Vamos a hacer la Ley de Libertad Religiosa y a intentar ponerlo en su sitio, pero la Iglesia Católica desempeña un papel porque en parte tiene apoyo social. Tenemos que respetar esa presencia. Otra cosa es que muchas cosas que dicen, a mí no me gusten... Pero hemos afirmado la supremacía del poder civil de una manera clara".
"De los países europeos que yo conozco, no hay ninguno en el que la Iglesia católica, una parte de la jerarquía, pretenda tener un protagonismo en el debate público ni el condicionamiento de la acción política. Es impensable. Pero aquí hay un peso. Si detrás no hubiera un peso social, ellos no tendrían esa actitud. Es evidente que siguen teniendo fuerza, pero menos que antes. Hay entre un 33 y 35 por 100 que ponen la X en la casilla del IRPF para la Iglesia Católica, un porcentaje a respetar. Pero sería mejor que fueran un poco más moderados en las tesis que defienden..."