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Un parque para la memoria

lunes 20 de julio de 2009, 08:46h
Cuando el próximo mes de noviembre se recuerde en todo el mundo la caída del muro de Berlín en su vigésimo aniversario, los madrileños podrán acudir al parque situado en Chamartín donde se conservan, en medio de un estanque, tres de las piezas de hormigón que formaron parte del muro original.
Aún se pueden ver en las tres piezas que llegaron a Madrid un año después de su caída las pintadas que hacían los alemanes en el muro de la vergüenza más célebre de la Historia. Se aprecian unos ojos, letras cortadas y, con un poco de imaginación, una margarita y una cara triste. Todo ello pese al empeño de un empleado municipal de la limpieza que antes de su inauguración se propuso dejarlo impoluto.

El ex alcalde José María Álvarez del Manzano fue el encargado de inaugurar este trozo de Historia que se colocó en el estanque grande del parque, construido años antes y que recibió el nombre de Berlín. En 1967, se decidió poner
ese nombre a este espacio verde de unas cinco hectáreas recién construido ante la visita del alcalde de Berlín Occidental, Willy Brandt, a la capital de España y su cercanía con el Colegio Alemán.

En el parque hay desde su apertura varios elementos en homenaje a la ciudad alemana donde se polarizaron las tensiones de la guerra fría. Una estatua de bronce con el oso símbolo de Berlín preside una de las zonas estanciales del parque y también se conserva el monolito con una placa donde aparece el nombre del parque, aunque esta no es la original, ya que en las fotos de la inauguración se observa una distinta.

En el parque también hay una escultura dedicada a Beethoveen y un busto de Álvaro Iglesias, que fue conocido como el héroe de Carranza, ya que el joven murió intentando rescatar a varias personas atrapadas en un incendio en un edificio de la calle de Carranza. Consiguió rescatar a tres personas, pero en el cuarto intento las llamas lo atraparon.

Senda botánica
El estilo paisajista con el que fue diseñado el parque de Berlín lo convierte en un rincón verde con pronunciados desniveles. Además, llama la atención la gran variedad de especies de árboles y arbustos plantados, como acebos, cornejos, cedros, olivos, ciruelos rojos, tarays o álamos blancos. Por este motivo, se ha creado una senda botánica por este espacio verde que permite recorrer el parque y conocer las características de las especies más relevantes.

También en los dos estanques del parque se aprecia el estilo paisajista. Tienen formas curvas, aunque con las reformas que han sufrido con el paso de los años, han perdido parte de su carácter original, mucho más natural. Junto a ellos y bajo los árboles repartidos por el parque, los vecinos aprovechan para descansar y pasear en este coqueto parque de barrio.
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