Pero ¿qué pasa con el Estatut?

Nervios, muchos nervios, ante lo que pueda decir (¿cuándo? Parece que no este mes, desde luego) el Constitucional finalmente acerca de la ‘legalidad’ o no del Estatut de Catalunya. Las últimas filtraciones, que llegaron -por supuesto- a la SER dicen que la mayoría ‘progresista’ se impone sobre la ‘conservadora’, y el Estatut podría ser declarado acorde con la Constitución. Una decisión que sería muy ‘conveniente’, dados los aires levantiscos que se advierten entre las fuerzas políticas catalanas -las del tripartito y los nacionalistas de CiU-, claramente amenazantes con incumplir una decisión ‘contraria’ por parte del TC. Y más con esa celebración de la Diada, el próximo viernes, que promete ser especialmente reivindicativa este año. Todo indica que, sea cualquiera la sentencia del máximo órgano de apelación en España, que está siendo sometido a tremendas presiones por todos lados y de todas las tendencias, el Estatut se va a quedar tal y como está. Pragmatismo político se llama a eso. Un pragmatismo del que se contagian, sin duda, los magistrados del Constitucional, algunos de ellos ya sobradamente cumplido su mandato.