Aborto, sexo en las escuelas y píldora financiada

   Desde algún periódico poco o nada "propicio" al Gobierno socialista, o a la izquierda en general, se han destacado esos "éxitos parlamentarios" logrados ayer, al mismo tiempo, y por virtud del entendimiento que se produjo entre socialistas, IU y ERC. O, como dice este mismo diario, "los minoritarios de izquierda imponen sus exigencias en las enmiendas a la ley Aído". Con algunos añadidos más, igualmente explicativos: El "coladero" del riesgo psíquico se mantendrá idéntico al actual, hasta la semana 22 y con la firma de un solo médico. También se señala en esta información que los puntos añadidos para suavizar la ley quedan eliminados en las enmiendas, mientras el PNV, acorralado por el PSOE con la polémica de las menores, denuncia precipitación en el trámite.

   Lo cierto es que los propios portavoces de los partidos de la izquierda, IU y ERC estaban sorprendidos de la facilidad con la que habían llegado a pactar una nueva ley del aborto que sospechaban que el PSOE no se atrevería a sacar adelante... O por lo menos, no en la presente legislatura. Pero así ha sido: el PSOE ha pactado con estos socios de la izquierda, además, que "el aborto libre se enseñe en las aulas", es decir, que los universitarios "aprenderán a eliminar un embrión de 14 semanas". Una decisión que ha provocado la protesta de los médicos católicos, que rechazan que se obligue a todos los facultativos a aprender cómo se practica un aborto o que el Estado costeará anticonceptivos de última generación. El Gobierno gastará 100 millones de euros al año en anticonceptivos. Eso sí, los grupos que han facilitado el pacto acceden a que las jóvenes decididas a abortar tengan que informar a sus padres, aunque la última decisión será la que ellas mismas adopten.

   En opinión de los medios conservadores, con estos acuerdos alcanzados ayer en el Congreso, el PSOE "da otra vuelta de tuerca" a la ley del aborto, y radicaliza el texto, al dar más facilidades para practicar el aborto. Según esta interpretación, la "izquierda radical", como gusta en llamar a la conjunción de PSOE, IU y ERC, ha vendido caro su apoyo a la ley, y a cambio de transigir para que las menores de 16 a 18 años deban informar a sus padres sobre su decisión de abortar ha conseguido elevadas contrapartidas de todo tipo, algunas muy sorprendentes por su carácter de abortismo militante.

   Este segundo periódico también se sorprende de que se obligue a médicos y sanitarios a estudiar cómo se elimina la vida de un no nacido. Y llega a la conclusión de que "sólo a los ingenuos o a los desprevenidos les habrá sorprendido la alianza del PSOE con la izquierda radical para hacer una ley abortista al gusto de su militancia más extrema. Al partido del Gobierno no le preocupa tanto la opinión mayoritaria de los ciudadanos cuanto no ser rebasado por la izquierda en este terreno... Y en cuando al PNV, dice que su abortismo de última hora sólo les ha servido para quedar en tierra de nadie y dejar atónita a su vieja militancia.

   En otro periódico opositor se explica hoy que IU y ERC pretenden que la educación sexual forme parte de la educación general de los colegios en todos los niveles y que enfermeros y médicos estudien obligatoriamente en sus carreras la teoría y la práctica de cómo se realiza un aborto. El diario ABC informa hoy de "los peligros de la educación sexual a edad temprana", citando un informe de especialistas en Bioética que advierten de que puede desajustar el desarrollo psicoafectivo de la infancia.

   Efectivamente, los padres serán informados cuando su hija quiera abortar, es la concesión que los dos partidos ERC e IU aceptan para incorporar al PNV a su acuerdo sobre la futura ley. Con esos tres apoyos, el Gobierno habrá dejado listo el dictamen que debe votar ahora la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, tras la nueva reunión que ayer mantuvieron socialistas y peneuvistas para cerrar la redacción definitiva de la enmienda transaccional que  clarificará la fórmula a través de la cual se informará a los padres de las menores de edad que hayan decidido interrumpir su embarazo. Los padres tendrán información, pero la decisión última será de las jóvenes. Socialistas y peneuvistas debatieron casos como el que pudieran plantear las jóvenes decididas a abortar pero se niegan a que sus padres sean informados, porque las relaciones paternofiliales sean especialmente conflictivas o porque se corra el riesgo de que la menor sea presionada para adoptar una u otra decisión. En todo caso, parece que queda clara la desaparición de la obligatoriedad del consentimiento paterno.

   Al acuerdo sobre el texto, IU y ERC han conseguido sumar el compromiso de que el Estado financie los anticonceptivos de última generación y el resto de medicamentos, así como la regulación de la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios directamente implicados en la práctica del aborto: por lo general, el cirujano y el enfermero.