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IV Conferencia de Presidentes

Griñán y Barreda responden al PP: “El problema del paro no es un garrote para atacar al Gobierno"

lunes 14 de diciembre de 2009, 15:00h
La IV Conferencia de presidentes ha comenzado realmente mal: el PP ha aprovechado para desautorizar la política económica del Gobierno, y el Partido Socialista les ha respondido acusándoles de no acudir con un espíritu solidario. Los presidentes de Andalucía, José Antonio Griñán, y de Castilla-La Mancha, José María Barreda, fueron los comisionados para replicar a sus antagonistas de Galicia, Núñez Feijóo, y La Rioja, Pedro Sanz. “El problema del paro no es un garrote para atacar a otro partido político”, dijo Griñán.
Al ‘bloque cerrado’ del PP le ha replicado el ‘bloque socialista’ a través, sobre todo, del presidente andaluz, José Antonio Griñán, acompañado en rueda de prensa por su colega de partido y presidente castellano-manchego, José María Barreda. En su intervención conjunta, Griñán y Barreda afearon la posición mantenida por el PP, en una Conferencia que, por lo que se prevé, no queda muy lucida para el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Ambos presidentes socialistas descalificaron las propuestas –‘decálogos’- presentados por el PP por ser “generalidades”.

Griñán intentó ofrecer una imagen positiva y positivista de una Conferencia de Presidentes que se vislumbra con escaso éxito político para el Gobierno central. “No se trata de ajustar cuentas, ni tampoco de evadir responsabilidades”, dijo, como cuestión central de su intervención, el presidente andaluz, para quien el PP aprovecha el crecimiento del paro como arma arrojadiza contra el Gobierno. En ese sentido, hizo la siguiente recomendación a sus ‘colegas’ autonómicos del PP: “El problema del paro no es un garrote para atacar a otro partido político en una Conferencia de presidentes”.

También negó Griñán algunos de los argumentos de los presidentes autonómicos del PP, como que la inmensa mayoría de las competencias en materia de empleo son del Gobierno central. “No es verdad”, dijo, sentenciador, el presidente andaluz, “muchas de las competencias para luchar contra la crisis son compartidas”, y citó como ejemplo el caso de Andalucía, donde, de las 351 medidas acordadas entre la Junta y los agentes sociales, 102 están incluidas en la Ley de Economía Sostenible que ha presentado el Gobierno de Zapatero.

Pese a todo; es decir, frente al espíritu evidentemente frentista que, según los socialistas, ha traído el PP a esta conferencia, Griñán ha intentado mostrarse conciliador en las formas, pero en realidad duro en el fondo. Por ejemplo, al coincidir con su colega de Castilla-La Mancha, José María Barreda, en que la Conferencia de presidentes autonómicos, en la que ha participado en su inauguración el Rey, “no es un lugar más para que se produzca la confrontación entre el Partido Popular y el Partido Socialista”, sino, más bien, para lanzar un mensaje de “confianza, de capacidad de nosotros mismos para encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan”. Es decir, en boca de Barreda, “para que nos vean empujando a todos en la misma dirección”.

La crítica socialista es fácil de explicar: dicen Griñán y Barreda que los presidentes autónomos del PSOE acuden ‘sólo’ representando los intereses de sus respectivas comunidades, mientras que los del PP lo han hecho con una posición cerrada, monolítica y partidista para desacreditar al Gobierno.

Tanto Griñán como Barreda se han felicitado por haberse aprobado –y por unanimidad- el Reglamento que marcará el rumbo de futuras conferencias de presidentes. Ese hecho, de por sí sólo, habría ‘valido la pena’, porque incluye puntos como la obligatoriedad de su convocatoria anual, podrá ser convocado por presidentes autonómicos, que podrán también incluir puntos en el orden del día y, en definitiva, porque “consolida un órgano para el consenso”.

Por lo demás, las posiciones están absolutamente enfrentadas, incluso en el problema del agua, sobre el que Barreda, muy implicado y combativo en este asunto, ha respondido al PP lo que le suele decir desde hace tiempo: “Agua para todos, sí; pero agua para todo, no”.
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